El Ayuntamiento dedica una placa del Plan Memoria a la librera 'La Felipa', con motivo del día del libro

Publicado: lunes, 23 abril 2018 13:42

MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Ayuntamiento de Madrid rendirá homenaje a la librera Felipa Polo Asenjo, 'La Felipa', con la colocación de una placa del Plan Memoria de Madrid en la calle Libreros, 16, donde vivió y tuvo abierta su librería durante 64 años, con motivo del día del libro.

Según ha informado el Consistorio en un comunicado, este Plan municipal tiene como objetivo "reconocer a las personas ilustres, destacas, famosas y populares que han contribuido a la historia de la ciudad".

El acto, que tendrá lugar esta tarde, a las 18 horas, contará con la presencia del concejal del distrito Centro, Jorge García Castaño; Luis Regino Mateo del Peral, miembro numerario del Instituto de Estudios Madrileños, y Juan José Asensio Hita, sobrino nieto de Felipa y heredero del negocio que ahora está situado en el barrio de Prosperidad.

Felipa nació en Loranca de Tajuña, Guadalajara, donde pasó sus primeros años. Llegó a Madrid con 9 después de quedarse huérfana y a los 12 comenzó a trabajar en la librería de Doña Pepita, que además de amante de los libros fue maestra de sordomudos y radiotelegrafista. De su mano, Felipa aprendió un oficio que en esa época no solo consistía en comprar y vender volúmenes sino que precisaba también saber encuadernar y restaurar los libros si era preciso.

En 1944, cuando falleció su benefactora, Felipa abrió su propio negocio en la calle Libreros, uno de los lugares de la ciudad donde se concentraban numerosas librerías debido a su cercanía a la entonces sede de la Universidad Central situada en la calle San Bernardo. En el mismo edificio donde estaba su establecimiento, en el número 16 de esta calle, fijó su hogar en la primera planta.

Allí desarrolló su trabajo durante 64 años. En principio, se dedicó a comprar libros usados que restauraba para luego venderlos. Posteriormente, empezó a comprar también libros nuevos y con los años su negocio adquirió tanta fama que atrajo no sólo a los estudiantes madrileños sino a otros provenientes de todo el país.

Además, Felipa no sólo vendía ejemplares, sino que también aconsejaba a sus clientes y ayudaba a los que se encontraban en dificultades económicas, prestándoles los libros que necesitaban para preparar sus exámenes.

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