MADRID, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (FAPA) Francisco Giner de los Ríos se mostró hoy en contra de los uniformes escolares en los colegios, ya que, a su juicio, impiden el desarrollo de la personalidad de los alumnos.
En declaraciones a Europa Press, el presidente de la FAPA, José Luis Pazos, aseguró que están posicionados en contra del uso del uniforme, al considerarlo "una medida superflua que no aporta nada a la educación". "Sólo quieren uniformar a la sociedad", apostilló.
Según el presidente de esta Federación de la Comunidad de Madrid, los niños que acuden al colegio están en unas edades "donde la ropa de vestir es un elemento más de la personalidad que se están forjando", y por tanto, la expresión de la vestimenta "forma parte del individuo como tal", añadió.
En relación al uniforme en las clases de Educación Física y actividades deportivas, Pazos aseguró que éste no es necesario pues los niños pueden llevar ropa adecuada "sin que tenga nada que ver con el uniforme".
La opinión de la FAPA contrasta con la de muchos padres que, de cara al inicio del 'cole', prefieren que sus hijos lleven uniforme porque les ahorra en tiempo, es más cómodo para ellos e impide que haya discriminaciones entre los más pequeños.
Precisamente hoy la Comunidad de Madrid anunció, de cara a que esta semana más de 1 millón de alumnos comienzan las clases, que un total de 140 colegios públicos madrileños adoptarán el uniforme escolar este curso, lo que supone 51 centros educativos más que el curso pasado, cuando lo tenían implantado 89 centros.
De estos 140 colegios públicos que tendrán uniforme el próximo curso, 80 lo implantarán completo, es decir, en la indumentaria del día a día, frente a los 47 centros que lo hicieron el año pasado; y un total de 60 implantará sólo la equipación deportiva frente a los 42 que lo tenían en el curso 2007-2008.
Todos los centros educativos de la Comunidad de Madrid tienen autonomía para implantar el uniforme escolar, siempre y cuando la medida responda a una petición de los padres de los alumnos y haya sido aprobada por el Consejo Escolar del centro.
Según el Gobierno regional, la experiencia ha demostrado que esta iniciativa supone un considerable ahorro económico para las familias, evita desigualdades y permite al alumno identificarse con el centro en el que estudia.
