El Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid repasan la trayectoria de Modigliani en relación con sus contemporáneos

Actualizado: jueves, 31 enero 2008 20:20

MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid repasan la la trayectoria artística de una de las grandes figuras del arte del siglo XX, Amedeo Modigliani (1884-1920). La exposición que abrirá sus puertas del 5 de febrero al 18 de mayo, exhibirá un total de 130 obras procedentes de museos e instituciones de todo el mundo, en un intento por mostrar a los maestros y las influencias que dejaron huella en el artista italiano. Entre ellos, Cézanne, Picasso o Brancusi o sus amigos de Montparnasse: Marc Chagall, Jacques Lipchitz, Chaïm Soutine o Moïse Kisling. La muestra acoge prestamos de la National Gallery of Art de Washington, la Tate de Londres, el MoMA de Nueva York, el Georges Pompidou de París, el Metropolitan o el Guggenheim de Nueva York.

"Modigliani era un individualista radical por eso nunca se le ha adscrito a ningún movimiento", aseguró hoy Guillermo Solana, conservador jefe del Museo Thyssen, para quien Cézanne y Brancusi, fueron dos influencias "clave" en la obra de Modigliani.

Comisariada por Francisco Calvo Serraller, la muestra realiza un recorrido por la trayectoria de Amedeo Modigliani desde su llegada a París en 1906 hasta su muerte en 1920 al poco tiempo de ser reconocido internacionalmente con una retrospectiva de su obra. "Modigliani nunca vendió bien sus cuadros. Fue en el verano de 1919, estando ya Modogliani muy enfermo, cuando logró que elogiaran su obra", apuntó el comisario técnico de la muestra, Juan Angel López.

RETRATOS Y DESNUDOS.

La simpleza de rasgos en sus retratos, sus desnudos más sensuales, los dibujos preparatorios y algunas de las escasas piezas escultóricas que creo Modigliani a lo largo de su vida, se exhiben en esta muestra junto a obras escogidas de Gauguin, Cézanne, Picasso, Brancusi o Derain, para mostrar influencias, descubrir similitudes o destacar paralelismos.

Tras un gran imagen fotográfica de Modigliani en blanco y negro y pistas 'didacticas' para no perderse por su vida, la exposición comienza la mano de sus primeros contactos con las vanguardias parisinas. Destaca su admiración por Cézanne y concretamente por su cuadro 'Muchacho de chaleco rojo', procedente de National Gallery of Art de Washington, obra 'fetiche' para Modigliani, según explicó Solana, ya que llevaba siempre una reproducción en miniatura de esta pieza de Cézanne.

A continuación, se aprecian en sus cuadros las influencias del arte africano en la obra de Modigliani y sus contemporáneos. De la mano de Brancusi, emprende la talla directa en piedra, dejando atrás los remanentes tardorománticos de su producción temprana. Picasso y Derain también muestra su interés por arte negro y lo manifiestan en sus cuadros.

Del arte negro, se pasa a los primeros retratos, principal medio de subsistencia par Modigliani a partir de 1915, cuando la tubercolisis le impidió continuar con su carrera de escultor por el polvo que producían las piezas.

Sus primeros retratos (1914) son deudores aún de la paleta fauve pero enseguida dan paso a un periodo en el que se evidencia cierta proximidad con el cubismo. Ya en 1916-1917 encontramos el estilo maduro de Modigliani, caracterizado por la síntesis entre línea y volumen plástico.

Del completo conjunto de obras reunido en esta sala, destacan los retratos de Anna Zborowska, mujer de su marchante y amigo Léopold Zborowski, así como los de los pintores Diego Rivera y Juan Gris, el del escritor judío Max Jacob, el de su compañera, Jeanne Hébuterne y su propio retrato.

DEL PECADO A LA SENSUALIDAD.

En cuanto a los desnudos, sus primeras obras están dotadas de un fuerte componente expresivo, acorde con la concepción simbolista del cuerpo femenino como fuente de pecado. Poco a poco, sus desnudos se fueron desembarazando de todo contenido moralista para abrazar la sensualidad mediterránea.

Uno de estas famosas obras, procedente de la Pinacoteca Giovanni e Marella Agnelli de Turín- recibe al visitante de la exposición en la sede de la Fundación Caja Madrid, a modo de prolongación y enlace con las obras expuestas en el Museo Thyssen-Bornemisza; al igual que la primera sala, dedicada de nuevo al retrato; los dos géneros que conforman el grueso de la producción artística del artista italiano.

En la Fundación Caja Madrid también hay un espacio dedicado a los paisajes, género no muy frecuentado por el artista italiano pero que sí tuvo una notable importancia en pintores próximos a él, como Marc Chagall, Chaïm Soutine, Maurice Utrillo y Léopold Survage.

El dibujo, que constituyó una constante fuente de experimentación para Modigliani, con retratos de amigos y conocidos y las esculturas de Ossip Zadkine, Jacques Lipchitz, Henri Laurens o Wilhelm Lehmbruck completan la exposición que se cierra con una selección de fotografías del propio Modigliani y de los compañeros que le rodearon.

Se exhiben también imágenes de los lugares donde trabajó y vivió, que ayudarán al espectador a completar su acercamiento a la figura del artista italiano. Las fotografías son ampliaciones de originales de la época y proceden del Modigliani Institut Archives Légales, Paris-Rome.