MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los propietarios del frontón Beti Jai, en el distrito de Chamberí, ya han retirado los andamios y ahora disponen de un plazo de seis meses para ejecutar las obras de mantenimiento y seguridad necesarias, han confirmado desde el Ayuntamiento de Madrid a Europa Press.
Quitar los andamios era lo primero que tenía que hacer la propiedad, algo que ya ha hecho, como comprobó el Consistorio a través de la inspección realizada. En unos días, los inspectores municipales volverán al Beti Jai.
Precisamente, el Gobierno regional inició días atrás el expediente por el que el frontón Beti Jai se convertirá en Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento. Con la declaración como BIC, el espacio disfrutará del máximo grado de protección posible del patrimonio por parte de la Administración.
Ya en el mes de marzo, la Comunidad de Madrid adelantó que comenzarían la tramitación de la recatalogación del frontón como BIC para evitar "usos contrarios con la esencia del inmueble" en un plazo breve de tiempo.
Hasta llegar a este punto hubo que pasar por una acción sustitutoria por parte de la Administración municipal aprobada a primeros de año. Meses después, en mayo, el Ayuntamiento de Madrid dictaminaba que la propiedad era la que tenía que hacerse con las riendas de las medidas de seguridad necesarias pendientes de ejecutar.
Las dos partes, Ayuntamiento y propietarios, firmaron el acta de relevo, en la que se indicaba que los segundos reanudarían las obras el 1 de julio fijando un plazo de seis meses para realizar los trabajos ordenados, con la advertencia expresa de que la paralización temporal de las obras o la no sujeción a lo estrictamente ordenado, supondría pasar por la ejecución subsidiaria.
Quitar los andamios era lo primero que tenía que hacer la propiedad, algo que ya han hecho. Las obras que tienen que llevar a cabo pasan por el desmontaje de la cubierta de teja plana del edificio principal debido a su hundimiento parcial, evaluar el estado de los forjados, tabicar los accesos a los lugares más peligrosos del edificio, cerrar los huecos de fachada para evitar la entrada de agua o limpiar el solar, entre otras actuaciones.
El Frontón Beti Jai (siempre fiesta, en euskera) se levantó en la última década del siglo XIX estando en funcionamiento como frontón hasta el año 1918. Después se fueron sucediendo los usos diversos, como comisaría, cárcel o taller de objetos de escayola. El último fue como taller de automóviles y garaje. Desde 1989 el inmueble permanece sin uso.
