El tercer asesinato en Polvoranca muestra que esta zona "sigue siendo un polvorín intolerable", según Esteban Ibarra

Actualizado: lunes, 7 enero 2008 14:52

MADRID, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -

El asesinato ayer de un joven marroquí en el polígono de Alcorcón Costa Polvoranca, el tercero que se produce en esta zona de copas en los últimos años, muestra que "sigue siendo un polvorín" y que la ausencia de medidas de seguridad es "intolerable", según afirmó hoy en declaraciones a Europa Press el presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.

"Costa Polvoranca sigue siendo un polvorín, y no sólo por los tres asesinatos que se han producido en los últimos años, sino porque se producen cientos de peleas y lesiones cada día en esta zona que puede acoger a unos 20.000 jóvenes", subrayó Ibarra.

A su juicio, el Ayuntamiento de Alcorcón y de la Delegación del Gobierno tienen responsabilidad, puesto que lo que ocurre en Polvoranca "ya es un clamor ciudadano en cuanto a la reiteración de los sucesos". "Se debieran tomar medidas en estas zonas, que son zonas sin ley. Poner cámaras, tomar medidas de seguridad,... Con todo lo que ha sucedido en Costa Polvoranca que no haya medidas de seguridad es intolerable", agregó.

En este sentido, el presidente de Movimiento contra la Intolerancia recordó que la primera muerte violenta en este polígono que concentra locales de ocio fue la de Ricardo Rodríguez, de 20 años, en mayo de 1996, en aquella ocasión por "intolerancia ideológica" pues murió de un navajazo asestado por un presunto neonazi.

El segundo crimen fue en julio de 2002, cuando el joven angoleño Ndombele Augusto Domingos, de 16 años, fue apuñalado por "intolerancia racial".

Sin embargo, en el caso del joven magrebí de 28 fallecido ayer "nos encontramos con una expresión nueva, de origen étnico". A este respecto, Ibarra llamó la atención sobre el nacimiento de esta nueva forma de violencia, ya observada en Francia y otros países europeos, donde se producen "agrupamientos identitarios, y si no hay buena educación, y un buen trabajo, se producen este tipo de conflictos que tienen elementos de delito común, de pelea barriobajera, pero que puede estar estimulado por razones étnicas".

"Esto es una dimensión nueva, que es necesario considerar", concluyó Esteban Ibarra.