Actualizado 12/04/2008 11:52

Innova.-El Imida y la UPCT investigan emplear los purines de cerdo como abono y reutilizar el agua que poseen para riego

MURCIA, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida) y la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) investigarán el empleo de los purines de cerdo como abono y estudiará reutilizar su agua para riego, según informó a Europa Press el director del proyecto, Juan Bautista.

Y es que en la Región de Murcia se producen cuatro hectómetros cúbicos --cuatro millones de metros cúbicos-- de purines al año, de los cuales al menos el 90 por ciento es agua, unos 3,5 hectómetros cúbicos en total, lo que "constituiría la décima parte de un trasvase de los que no se hacen ahora", señaló Bautista.

No obstante, advirtió que el purín --que es el estiércol líquido del cerdo-- "no contamina, siempre que se utilicen agronómicamente de una forma correcta", y desmintió el daño al medio ambiente de esta materia porque "todos estos animales han existido desde hace muchos años y todos orinaron y estercolaron".

"El problema es cuando se utilizan mal o no se sabe sacarles partido, y cuando se acumulan sin orden ni concierto", pero cuando se utilizan las normas "son beneficiosos", señaló Bautista, quien dirige un equipo de unos siete investigadores y contará con un presupuesto de 70.000 euros para culminar este proyecto.

Así, dijo que un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estableció que los suelos fértiles deben tener un cuatro por ciento de materia orgánica, y apuntó que las tierras españolas "tienen sólo 2,7 por ciento, lo que quiere decir que se trata casi de un predesierto".

Al respecto, dijo que estos datos permiten deducir que el suelo agronómico precisa materia orgánica de forma racional para que siga produciendo lo que tiene que producir y sea fértil", e indicó que "no sólo hay que utilizar abonos inorgánicos, sino también materia orgánica".

HUMEDALES ARTIFICIALES.

Para depurar el agua de los purines, el equipo investigador creó una serie de humedales artificiales con plantas, que fueron unas celdas o rectángulos de 25 metros de largo por dos de ancho y un metro de profundidad.

En estas plantaciones, el equipo colocó gravas en el fondo, más gruesas en el fondo, y más fina --incluso arena-- en los primeros 20 centímetros de la superficie.

Sobre esta infraestructura se plantaron carrizo --phragmites australis--, una planta autóctona que resiste condiciones extremas, así como otros cultivos que crecen espontáneamente, como cerrajas, y cenizos.

Así, el agua circula por debajo del humedal, a través de las piedras gruesas del fondo, y las raíces de las plantas, al crecer hacia abajo buscando el agua, depuran el agua cogiendo la materia orgánica y los metales pesados que pueda llevar.

Al final del proceso, el agua resultante es apta para riego, y las plantas de la superficie que captarán los materiales residuales podrán utilizarse posteriormente como biomasa, de forma que se podrán quemar en calderas para obtener energía calórica.