Actualizado 27/04/2009 13:32

Innova.- La presencia de medusas disminuirá este año en el Mar Menor y se mantendrá en el Mediterráneo, según el IEO

MURCIA, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

La presencia de medusas en el Mar Menor se reducirá drásticamente este año, hasta el punto de que ninguna de las dos especies presentes en la laguna "apenas se podrán atisbar", mientras que la población del Mediterráneo se mantendrá en la misma línea que en los últimos años, según informó a Europa Press el experto en estos organismos del Centro Oceanográfico de Murcia, dependiente del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Ignacio Franco.

En concreto, en el Mar Menor, Franco predijo que disminuirá la cantidad de medusas y recordó el año pasado "ya casi no hubieron ejemplares, de hecho, su población ha caído en los últimos ejercicios, desde 2005, que fue el último año en el que se registró un mayor número".

En la laguna hay dos especies de medusas presentes, la cotylorhiza tuberculata, que tiene forma de huevo frito, no pica y que estaba presente en un gran número; y la rhizostoma pulmo, de color blanco con un ribete violeta, que "se encontraba en número mucho menor y que produce picor, aunque no llegan a producir las lesiones de otras medusas".

En 2005 se registraron en la laguna unos cien millones de cotylorhiza y dos o tres millones de rhizostoma pulmo, pero la cantidad descendió y, el año pasado, dentro de los controles que el IEO hace para la Comunidad Autónoma, el censo de cotylorhiza fue de 25.000 ejemplares y el de rhizostoma, de 100.000 ejemplares.

"Apenas se veían medusas el año pasado, yo hacía salidas en barco en las que, durante siete u ocho horas, cogía dos o tres medusas, cuando antes se podía caminar por encima del agua", según Franco, que explicó que, de rhizostoma "había, incluso, más ejemplares el año pasado que de cotylorhiza, a pesar de haber 30 veces menos que otros años.

Franco indicó que hay una teoría para justificar este comportamiento, y es que "pueden responder a un ciclo". Por ejemplo, señaló que, en el Mar Adriático, donde el problema surgió en la década de los años 60, los científicos "han visto que se producen unos ciclos recurrentes de diez años en que hay medusas, que dan paso otros cuatro o cinco años en los que las poblaciones remiten".

De todas formas, mantuvo su cautela y dijo que es un problema reciente en el Mar Menor, por lo que "hacen falta series de datos muy largos". "No podemos decir que este ciclo se esté dando aquí también, pero si que podemos afirmar que el problema comenzó en 1996 y empezó a remitir en 2006, por lo que las fechas coinciden".

No obstante, también apuntó a que esta disminución de medusas en la laguna "puede corresponder a la actuación de la Comunidad Autónoma, que ha ido retirando en torno al 8 ó 10 por ciento de su población anual, en el momento en que estos animales están empezando a madurar para liberar larvas, y cada una pone entre dos y tres millones de ejemplares", apuntó.

MAR MEDITERRÁNEO

En el Mediterráneo, por su parte, "se va a producir la situación normal que viene ocurriendo los veranos pasados, con la presencia habitual de la especie pelagia noctiluca, que ha estado dando problemas en los últimos veranos", especificó Franco, quien concretó que esta especie "tiene una picadura que llega a hacer una herida, es desagradable pero no pasa de ahí, salvo para niños pequeños o alérgicos".

Normalmente, dijo que se trata de una especie "más propia de aguas abiertas, y aparece de forma ocasional en la costa cuando la traen los vientos o las corrientes". Así, dijo que "cabe esperar que habrá problemas en algunas zonas, y se puede repetir la situación que tuvo lugar hace dos veranos, cuando hubo muchísimas medusas en la costa de Murcia, con plagas a sólo tres millas de la costa".

Aunque haya muchos ejemplares en el interior del Mar Mediterráneo, su aparición en el litoral "depende más de vientos y corrientes". Así, explicó que hay zonas de la costa donde estos fenómenos son más frecuentes como en Cataluña y Baleares, mientras que hay zonas concretas como Almuñecar (Granada), o en entre Málaga y Marbella, porque las corrientes tienden a ir a la costa.

En la Región de Murcia, por su disposición geográfica, los vientos y corrientes sólo atraen a esta especie a la costa de La Manga, cuando hay temporal de Levante y coincide con que pueden haber medusas en mar abierto, así como en Mazarrón y Águilas, donde suele darse su presencia cuando hay lebeche".

ESPECIES PELIGROSAS

Por otra parte, el experto admitió que "hay cosas puntuales que están empezando a pasar, como el caso de Denia (Alicante), donde el año pasado aparecieron unos ejemplares de 'cubomedusas', que es la especie más peligrosa de todas las medusas, que comprende, incluso, un ejemplar australiano que es mortal".

No obstante, en Denia apareció la Carybdea marsupialis, que "tienen una picadura más dolorosa que la pelagia noctiluca, y puede haber gente hospitalizada, pero no llega a ser mortal". Este tipo de medusa "siempre ha estado en cantidades pequeñas el Mediterráneo, pero no era costera y se encontraba en las profundidades de 30 metros".

El año pasado apareció en Denia abundantemente, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) decidió hacerle un seguimiento, ya que su aparición en la costa "no es habitual que ocurra, pero puede ir a más". "Genera alerta porque no se sabe si su picadura es muy dolorosa, ya que, hasta el año pasado, no había picado a nadie", concretó.

Las picaduras "producen la lesión en la piel, que puede ser muy similar a una picadura, y aconsejó "aplicar frío y agua dulce ya que, si lo haces en diez minutos, no te quedan ni señales, porque la toxina no ha actuado, mientras que, pasado ese tiempo, la toxina comienza a hacer efecto, similar al de una quemadura de un alambre al rojo vivo, generando una llaga supurando".