MURCIA, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Semana Santa de la Región está llena de procesiones y tradiciones curiosas, como las tamboradas de Moratalla o de Mula, recién declaradas Patrimonio de la Humanidad; la procesión del Cristo de los Mineros de La Unión, localidad célebre por su Festival del Cante de las Minas, con la presencia en el desfile de carburos, lámparas, yunques y picos, y los cantes desgarrados de los saeteros; o la muy peculiar de Cabo de Palos, el Jueves Santo, en la que algunos penitentes visten, en lugar de túnica, los chubasqueros de los pescadores, y hacen sonar las típicas caracolas marinas.
'La Noche de Los Tambores', fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, es el momento más singular que tiene lugar en la localidad de Mula a lo largo de todo el calendario semanasantero.
El Martes Santo, a las 12 de la noche, una corneta señala el momento en el que los miles de tamboristas, reunidos en la Plaza del Ayuntamiento y vestidos con túnicas negras, harán sonar con insólito estruendo sus tambores hasta las 4 de la tarde del Miércoles Santo.
Volverá a suceder en la mañana del Viernes Santo y el Domingo de Resurrección desde el mediodía, dentro de los horarios que el Bando de la Alcaldía establece y difunde antes del comienzo de la Semana Santa.
La Semana Santa de Moratalla es también sinónimo de tamboradas. Uno de sus aspectos más llamativos es que el tamborista toca cubierto con el capirote, redobla de forma individual y viste túnicas con todo tipo de colores y combinaciones.
Los días de toque de tambor son Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección, desde las primeras horas de la mañana hasta el anochecer. Los tambores moratalleros son completamente artesanales y cada uno tiene un sonido único, siendo el resultado de un esfuerzo de meses conseguir una asonancia perfecta entre las pieles de oveja y de cabra.
