Acusado de matar a su novia de 15 años pide que le manden la cárcel que merezca pero que no le hagan recordar el momento

Actualizado: miércoles, 31 mayo 2006 20:50

Ramón M. se excusa en los celos y se justifica con que primero "le di una bofetada pero luego me volví loco"

MURCIA, 31 May. (EUROPA PRESS) -

El juicio contra Ramón M.M., 20 años y etnia gitana, quien presuntamente mantuvo raptada y mató a golpes a su novia de 15 años, Ana María M., en julio de 2004 en el carril de Gilandario de Murcia, comenzó hoy en la Audiencia Provincial de Murcia con la declaración del propio acusado, quien entre sollozos pidió que le echaran "la cárcel que me merezca pero no me hagan recordar ese momento, lo estoy pasando muy mal".

Momentos antes de que el acusado entrara a la sala de vistas, cuando estaba siendo conducido por la Policía Nacional, un primo de la fallecida consiguió agredir a Ramón tirándole un paraguas, ya que estaba lloviendo, alcanzándole en la cabeza y espalda, pero la Policía Nacional consiguió reducirlo y sacarlo del Palacio de Justicia.

No obstante, este fue el único episodio violento, ya que la familia de la víctima se mostró muy tranquila "y confiados en la justicia", excepto en el momento en que la madre de Ana María tuvo que declarar y propinó, desde la distancia, graves insultos hacia el acusado y su familia.

Una vez en la sala, Ramón negó todo lo que había declarado anteriormente escudándose en que no se acordaba de "haberle pegado con la lata de habichuelas", ni reconoció el carburador de motocicleta, ni el cable, ni la varilla metálica con los que presuntamente golpeó a Ana María.

Ana María falleció un domingo, después de presuntamente tenerla retenida y golpearla desde el viernes anterior, aunque Ramón aseguró que no recordaba "haberle pegado el domingo, pero sí el viernes y el sábado". Asimismo, se excusó argumentado que "había fumado porros", pero no reconoció ingerir otro tipo de sustancias.

De igual forma, Ramón negó haberla encerrado y cuando relató lo que pasó indicó que las palizas comenzaron cuando Ana María le contó que había mantenido una relación anteriormente, por lo que se excusó en los celos. "En un principio le di una bofetada pero luego me volví loco", se justificó.

En relación al día que murió Ana María, el acusado señaló que el domingo por la mañana fue a comprar zumos y algo de comida a una gasolinera, sería sobre las 12.00 horas cuando se marchó y no volvió hasta las 17.00 horas. Cuando volvió, continuó, Ana María le dijo que le dolía mucho la tripa, pero Ramón pensó que "era síntoma de la regla".

Además, Ramón negó haber pegado antes a nadie, pero la madre de Ana María, Marcela, aseguró que "sí había maltratado presuntamente a su primera mujer, con la que tiene una hija de 4 años" e, incluso, "le pinchó con una navaja en el muslo, según me contó la chica".

"La muchacha, como era familiar suyo, no lo denunció", señaló Marcela. Además, "la madre de la agredida nos aseguró que la madre de Ramón consentía que le pegara", pero "nosotros nos enteramos después de que matara a mi hija", lamentó.

Marcela esperó que "lo condenen a la pena máxima", aunque manifestó que "por muchos años que pasen esto no se olvida, y ya saldrá". De igual forma, criticó que "de nada vale que le echen 30 años y luego por buen comportamiento lo saquen enseguida".

LA ACUSACIÓN PARTICULAR PIDE 49 AÑOS DE CÁRCEL.

Por su parte, el abogado de la acusación particular, Evaristo Llanos, contó que van a pedir un total de 49 años de prisión, que desglosó en 25 años por delito de asesinato, tres años por el de tortura, cinco años por cada uno de los tres delitos de lesiones, y seis por el delito de detención ilegal. Mientras, la fiscalía pide 37 años de cárcel.

Llanos afirmó que la vista "ha ido conforme a lo esperado", el procesado se ha amparado en su legítimo derecho a negar los hechos, a no declarar o decir que no se acuerda era lo que se esperaba, pero, "en definitiva ha venido a reconocer prácticamente todos los hechos que se recogen en los escritos de acusación del fiscal y los nuestros", apostilló.

Asimismo, continuó, los testigos, los policías nacionales, "han ratificado los atestados policiales, cómo llegaron allí y cómo encontraron el cuerpo, así como ratificaron los objetos encontrados que coinciden con las marcas que los forenses decían que llevaba la chica", además, "había sangre en más partes de la casa, aparte de donde se encontró el cadáver, lo que podría acreditar que hubo presunta violencia en otras partes de la casa".

Según Llanos, la actitud del acusado era la de "terminar cuanto antes el juicio", ya que "realmente después de reconocerlo todo con pelos y señales en su declaración en comisaría y luego en el Juzgado de instrucción, ¿qué explicación puede dar?.

"MI HIJA NO SE RELACIONABA CON GITANOS".

La madre de Ana María, Marcela, contó que un día la llamó su cuñada y le avisó de que su hija se había escapado con un gitano, pero que no sabían quién era. "A mi me sorprendió, ya que mi hija no se relacionaba con gitanos, siempre ha estado más con los castellanos", recordó.

En aquel momento, Marcela fue a la casa de la madre del acusado y le dijo que "o aparecía al día siguiente mi hija o daba cuenta de su hijo en comisaría".

Esa misma tarde, llamó su hija y le dijo que no lo denunciara, que ella se fue con él y que quería estar con él. Aunque "yo le advertí que no quería que estuviera con él y mi marido también habló con ella, Ana María se quiso quedar con él", apuntó. La ley gitana, continuó, dice que "si una chica se va con un chico son marido y mujer, y ella quería quedarse, por lo que accedimos", "pero en ningún momento nos imaginamos algo así", lamentó.

"¿Cómo ha podido tener tanto valor para eso?", se preguntó la madre de Ana María quien añadió que "muchas noches lo pienso, lo que ha sufrido mi criatura".

Finalmente, el padrastro de Ana María, Pedro Yuste, comentó que Ramón "es drogadicto, por lo que no se puede esperar otra cosa de ese tipo de personas" y aunque reconoció que preferiría "que esté en la calle, confiamos en la justicia". "Lo que la justicia haga está bien", concluyó.