La Audiencia de Barcelona mantiene procesados a la madre de Alba y a su compañero sentimental por intento de homicidio

Actualizado: viernes, 21 diciembre 2007 20:05

BARCELONA, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Barcelona ha confirmado el procesamiento de la madre de Alba, la niña de cinco años de Montcada i Reixac (Barcelona) que pudo haber sido repetidamente maltratada por su entorno familiar desde diciembre de 2005, y de su compañero sentimental por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de maltratos habituales.

La Sección Vigésima de la Audiencia desestima así los recursos de las defensas de Ana María C.F. y Francisco Javier P.E. --en prisión provisional desde marzo de 2006-- contra el auto de procesamiento dictado en junio por el Juzgado de Instrucción número 6 de Cerdanyola del Vallès. El tribunal rechaza también excarcelar a la madre de la pequeña al entender que el riesgo de fuga "no es desdeñable ante las penas a las que pudiera enfrentarse".

Las graves lesiones sufridas por Alba se produjeron el 4 de marzo de 2006 en el domicilio que los procesados compartían en Montcada i Reixac. Aquella noche, Francisco Javier P.E. le propinó "zarandeos, bofetadas, empujones y/o puñetazos con energía suficiente y con posterior caída al suelo, choque contra una pared o impacto contra un elemento del mobiliario de la cabeza de la menor".

La pequeña sufrió "un traumatismo de tal entidad que produjo lesiones de extrema gravedad con estado de coma que podían haberle producido la muerte inmediata y que pusieron en peligro su vida desde el primer momento". De hecho, cuando ingresó en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, tuvieron que reanimarla durante 40 minutos.

Los doctores, por otra parte, constataron que había ingresado dos meses y medio antes en el centro por una fractura en un brazo y hematomas por todo el cuerpo, y que en aquel momento se había diagnosticado una sospecha de malos tratos. Además de presuntamente golpearla, el procesado pudo haberla obligado en alguna ocasión a tragarse su vómito y haberle dado agua con una jeringuilla tapándole la boca con celo y haciendo un agujero en el precinto.

En la actualidad, debido a las graves lesiones que sufrió la noche del 4 de marzo, Alba sufre una parálisis que la obliga a desplazarse en una silla de ruedas "que ella misma no puede manejar" y ha perdido el lenguaje verbal, "situación que no se descarta que pueda ser permanente". Por ello, la pequeña "precisa ayuda de terceras personas para todas las actividades de la vida diaria".

SABÍA QUE LA MALTRATABA.

La defensa de Ana María C.F. alegó en su recurso que ella ignoraba "que se iba a perpetrar un atentado contra la vida" de la pequeña y que no tenía "conciencia de la posibilidad de que su hija corriese peligro de muerte", por lo que no se le puede imputar un delito de homicidio en grado de tentativa.

Para la Sección Vigésima, sin embargo, existen "indicios de la comisión por parte del compañero de la madre de malos tratos continuados a Alba y de la acción violenta que le causó a la menor gravísimas lesiones el día 4 de marzo de 2006", y puede considerarse, "a título indiciario, que Ana María C.F. conocía que su hija era maltratada por su compañero sentimental".

El tribunal considera que "es evidente que Ana María C.F. tenía una posición de garante respecto de su hija menor, puesto que la función de velar por los hijos les corresponde legalmente a los padres". A su entender, existen "indicios de que generó la situación de riesgo para Alba al dejarla sola" con Francisco Javier P.E., ya que "sabía que cuando la niña permanecía a solas con aquel gritaba y lloraba, de lo que era sencillo inferir que sufría algún mal".

La Sección Vigésima señala también que las lesiones "se causaron en la cabeza de una niña de cinco años, localizándose aquellas en una zona del cuerpo en la que se encuentran órganos vitales". Por ello, en principio, entiende que puede considerarse la existencia de la intención de matar, existiendo también indicios de la comisión por omisión de un delito de malos tratos habituales a la menor.

La defensa de Francisco Javier P.E., por su parte, alegó que no tenía intención de matar a Alba y que la pequeña presentaba signos de agresión anteriores a la fecha en la que inició la convivencia con ella y con Ana María C.F. El tribunal, sin embargo, recuerda que el procesado era el único que estaba con la pequeña cuando sufrió las graves lesiones que motivaron su último ingreso.

Además, los informes forenses indican que Alba presentaba lesiones en diferentes grados de evolución, "algunas antiguas pero otras recientes", lo que, junto a otros indicios, apuntan a la comisión de los citados delitos por parte de Francisco Javier P.E.

El caso de Alba, que permaneció varios meses ingresada debido a la gravedad de las lesiones que sufrió, dejó al descubierto las deficiencias de coordinación entre la administración de justicia y los responsables de protección a la infancia, y obligó a crear un protocolo específico de funcionamiento en estos casos.