Audiencia Nacional obliga a Costas a pagar 30.451 euros a un joven herido al tirarse al mar desde Faro Sabinal (Almería)

Actualizado: martes, 15 julio 2008 19:35

ALMERÍA, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio de Medio Ambiente deberá indemnizar con 30.451 euros a un joven de El Ejido (Almería) que, en 2001, sufrió heridas de "extrema gravedad" al lanzarse al mar desde las ruinas del Faro Sabinal y caer sobre un hierro hincado en el fondo, que le atravesó el pecho a la altura del corazón.

Así se recoge en una sentencia de la Audiencia Nacional (AN), a la que tuvo acceso Europa Press, en la que magistrado Carlos Lesmes apunta a que el accidente se produjo debido a un "deficiente" funcionamiento del Servicio Provincial de Costas, al que correspondía retirar los restos de una instalación que --remarca-- "es de titularidad estatal".

El fallo acusa a la Administración de mantener "unas instalaciones extremadamente peligrosas" para los usuarios de la playa y exime al Ayuntamiento de El Ejido, al que el Abogado del Estado imputó durante el proceso contencioso-administrativo la responsabilidad de "mantener en condiciones adecuadas de baño" el litoral de su término municipal.

Pese a reconocer que en la zona donde se produjo el accidente no existía ningún cartel de prohibición o advertencia de la presencia de elementos "peligrosos" en el agua, el Alto Tribunal considera que la responsabilidad "principal" corresponde al Servicio Provincial de Costas, al que corresponde en primer lugar --ahonda-- la "obligación de que sus instalaciones no generen riesgos para los bañistas".

Los hechos, sobre los que el Juzgado de Instrucción número 2 de El Ejido dictó archivo de las actuaciones penales, se remontan a mayo de 2001 cuando la víctima, entonces menor de edad, jugaba en las ruinas del faro en compañía de otros menores.

Según el informe forense, el hierro le causó lesiones que precisaron intervención quirúrgica y tardaron en curar 207 días, de los que estuvo incapacitado durante más de un centenar y hospitalizado un total de 13 días.

Como secuelas, además del daño moral, le quedaron cuatro cicatrices en el pecho de entre cinco y diez centímetros de longitud, más otras cinco de menor dimensión y una "alopecia cicatricial" en el cráneo, todas ellas de "gran perjuicio estético".