La Audiencia de Sevilla notifica hoy la sentencia del asesinato de la joven apuñalada por su novio en Utrera

Actualizado: martes, 12 febrero 2008 8:44

SEVILLA, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Sevilla notificará hoy la sentencia del asesinato de la joven apuñalada en Utrera (Sevilla) a manos de su pareja sentimental, un individuo de 30 años, A.R.R., declarado culpable por un jurado popular, informaron a Europa Press fuentes judiciales.

La resolución judicial tendrá en cuenta el veredicto del jurado, que recogía como probado por unanimidad que el procesado sometía a su pareja, A.G.B. de 18 años, a "continuos malos tratos y a insultos" y que en la noche del 27 de noviembre de 2004 A.R.R. cogió un cuchillo y le asestó 21 puñaladas a la víctima "con la intención de acabar con su vida".

Asimismo, el tribunal popular consideró que el inculpado se sentó en el vientre de la fallecida para "aniquilar su capacidad de reacción" y le propinó todas las puñaladas "en vida", lo que, según el jurado, "aumentó el dolor de la víctima".

En esta línea, el veredicto determinó como hecho no probado que el acusado hubiera consumido cerveza y cocaína como alegaba la defensa del reo, quien, según el jurado, "no confesó los hechos a la Policía hasta que fue detenido".

Por tales circunstancias, los miembros del jurado declararon a A.R.R. culpable por unanimidad de "ejercer violencia y de causarle la muerte a la joven". Además, mostraron una actitud "desfavorable" ante una posible petición de indulto.

Por ello, el Ministerio Público, que ya elevó a definitivas sus conclusiones, reclamó para el acusado 25 años de prisión por asesinato y tres por malos tratos. Por su parte, el letrado de la defensa, atendiendo al veredicto del jurado, solicitó una pena de u 22 años de cárcel por asesinato y un año por malos tratos.

EL JUICIO.

En la primera jornada de la vista oral, el letrado del procesado alegó que la víctima podía haber evitado lo sucedido si ese día se hubiera ido de casa. El abogado manifestó que el día de los hechos A.R.R. había consumido pastillas tranquilizantes, cocaína y cerveza, por lo que, según relató, "estaba fuera de sí e hizo lo que hizo sin conocimiento de ello". En esta línea, que la fallecida "se abalanzó" sobre su cliente momentos antes del fatal desenlace; hecho que se repetía "constantemente", apostilló.

Por otro lado, una de las hermanas de la víctima, C.G.B., que vivía con la pareja, indicó que meses antes de que la "matara", el procesado "le pegó patadas en la barriga cuando ella estaba embarazada como si fuera un perro". "Mi hermana se cayó al suelo echando espuma por la boca", aseveró la testigo, quien recordó que A.R.R. "siempre" decía que tenía que "matar" a la víctima.

"Las dos familias vivíamos puerta con puerta y cuando mi hermana lo quería denunciar por maltrato le decían de todo menos bonita. La amenazaban", recalcó C.G.B., que el día de los hechos volvió a su vivienda "sobre las 5.00 horas" y, según matizó, observó a su hermana "tapada con una manta y llena de sangre".

A preguntas del abogado de la defensa sobre la posibilidad de que los enfrentamientos entre la víctima y el acusado pudieran existir porque ella "lo tenía desatendido", la hermana de la joven fallecida afirmó que la pareja "siempre estaba discutiendo", si bien negó que lo tuviera "desatendido".

En el segundo día de juicio, el médico forense que le practicó la autopsia a la joven fallecida afirmó que la víctima "probablemente" estuvo viva durante los 21 cuchillazos que recibió en noviembre de 2004. El forense manifestó que la víctima era una persona físicamente "frágil" que "intentó defenderse"; de ahí las heridas de "uñas clavadas" que presentaba en la cara y el cuello, supuestamente "procedentes de las manos del acusado para acallar los gritos".

El médico, que prestó declaración en calidad de perito, dijo que dos de las 21 heridas fueron las causantes de la muerte "al alcanzarle los pulmones", si bien indicó que el fallecimiento "no fue fulminante" sino que fue "poco a poco" perdiendo sangre.

Por su parte, las dos farmacéuticas que analizaron un mechón de pelo del inculpado aseguraron que A.R.R. consumía cocaína en un "alto" porcentaje y alcohol de manera "abusiva". Asimismo, una bióloga explicó que la víctima tenía en su cuerpo "sangre mezclada con fluido del varón, coincidente con el semen del hoy acusado".

De otro lado, una médico forense de Huelva y el subdirector médico de la prisión de Málaga indicaron que la vista oral que el procesado tiene un "trastorno antisocial de la personalidad", que supone que el imputado es una persona "agresiva, poco constante, egoísta, egocéntrica y plenamente consciente de lo que hace".

En este sentido, sostuvieron que a A.R.R "los únicos sentimientos que le importan son los suyos", ya que, según precisaron, el presunto asesino "ni respeta las normas ni le importa".

LOS HECHOS.

El escrito de acusación provisional de fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, indica que el procesado había mantenido con A.G.B. una relación de cinco años de convivencia, siendo ésta menor de edad al iniciarse la citada relación.

El Ministerio Público considera que desde el principio de la relación, el inculpado hizo objeto a su pareja de una "brutalidad inusitada". Debido a esta conducta llegaron a incoarse diferentes procedimientos penales que concluyeron con el ingreso en prisión del imputado durante un año.

El fiscal añade que una vez recobrada la libertad, el acusado reanudó la convivencia con la joven, y a la vez, "las agresiones y maltratos de todo tipo", hasta que en la noche del día 27 de noviembre de 2004, "tras una discusión que había mantenido en el domicilio familiar", A.R.R. cogió un cuchillo de cocina de 35 centímetros y supuestamente le asestó 21 puñaladas que acabaron con la vida de la víctima, quien contaba entonces con 18 años.

El Ministerio Fiscal asegura que los hechos relatados constituyen un delito de asesinato y un delito de maltrato habitual por lo que reclama, además de la pena de cárcel, 150.000 euros en concepto de indemnización para cada uno de los tres hijos que dicha pareja tenía en común.