Bargalló cree que el pacto PSOE-CiU fue un intento de "torpedear" el "nuevo catalanismo" del tripartito

Actualizado: domingo, 26 marzo 2006 15:47


BARCELONA, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -

El 'conseller primer' de la Generalitat, Josep Bargalló, considera que el pacto PSOE-CiU sobre el Estatut y la ruptura de la unidad del llamado cuatripartito es, "también", "el intento de torpedear el nuevo catalanismo plural, diverso, ilusionante" que, a su juicio, ha inaugurado el Gobierno tripartito de la Generalitat. "Lo sabe el viejo catalanismo de la resignación, del victimismo... Lo sabe el progresismo español, que tiene miedo de la diversidad...", añade.

Bargalló considera que una vez aprobado este Estatut "el próximo paso que Catalunya deberá plantear tendrá que ser otra cosa", "otro paso", que llegará "cuando queramos pasar de víctimas a protagonistas, de una vez". Bargalló, que señala que el Estatut que acabe aprobándose es "mejor que el anterior", pero "no el que queríamos ni tan sólo el que podíamos", concluye que "ya no hay marcha atrás" hacia ese nuevo estadio.

El conseller hace esta reflexión en un libro titulado 'Una patria sólida en el tiempo' (La Magrana), que está previsto sea presentado el próximo día 4 de abril por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira.

'Una patria sólida en el tiempo' pretende recoger los fundamentos ideológicos de los dos años de vigencia del primer gobierno catalanista y de izquierdas de la Generalitat contemporánea. El conseller justifica la constitución del Gobierno tripartito como el "motor de un nuevo catalanismo de progreso para la Catalunya de comienzos del siglo XXI" y que ha supuesto, según sus palabras, el paso del "catalanismo acostumbrado a agachar la cabeza, a la sumisión, al catalanismo de la ilusión, la esperanza, de la convicción".

"Un nuevo catalanismo. Plural, amplio, abierto, moderno. Más grande, más osado. Nacional, social. Un catalanismo de unidad en el proyecto nacional inmediato", añade.

No obstante, sostiene que la noche del 21 de enero, con el pacto entre José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas, "se escenifica el freno de la huella que se había dibujado en los últimos meses". Para Bargalló, el acuerdo, "sin texto concreto en aquellos momentos y con muchas incógnitas por resolver, respondía a intereses muy diferentes de unos y otros, pero coincidentes en el fondo".

RUPTURA DE LA UNIDAD Y REBAJAS.

El PSOE, y Zapatero, "querían apaciguar los rumores de sables y togas, mantener una cierta cohesión interna y, fundamentalmente, aislar al PP y presentarse ante su opinión pública, la española, de la mano de un catalanismo que no cuestiona el modelo de Estado".

Por su parte, CiU, "especialmente Artur Mas, respondía a las presiones de sectores económicos bien concretos, se aseguraba un buen protagonismo personal, dentro y fuera de sus siglas". Según Bargalló, "la ruptura consciente de la unidad del Parlament" y las "rebajas evidentes" de la propuesta votada en Catalunya "sorprendió a muy buena parte de la sociedad catalana, especialmente viniendo de CiU, que se había permitido hacer el discurso más pretendidamente radical los dos últimos años".

"¿Motivos profundos? Muchos", asegura Bargalló, que apunta que "una financiación alejada del modelo del Parlament ni permite hacer las políticas sociales y públicas que la gente de Catalunya necesita ni nos aporta el conjunto de infraestructuras que pide nuestra economía". Para Bargalló, "lo primero conviene a los conservadores, lo segundo a los centralistas".

Para el conseller, "nos encontramos a las puertas de una transformación del Estado español" y "estamos en situación de emprender un nuevo cambio histórico que dé respuesta razonablemente satisfactoria a una de las principales cuestiones pendientes desde hace un cuarto de siglo: la falta de reconocimiento sincero, explícito y amplio del carácter plurinacional del Estado español".

USAR ETA EN CONTRA DE LAS ASPIRACIONES DE EUSKADI Y CATALUNYA.

Bargalló considera además que las reformas constitucionales y estatutarias en curso "tendrán más posibilidades de llegar a buen puerto si se vislumbrara con claridad la desaparición de la violencia" en el País Vasco. "Una violencia que, además de ser moralmente injustificable y rechazable, políticamente es aprovechada por los que se oponen al avance de las aspiraciones legítimas de Euskadi, pero también de Catalunya", añade.

Además del escenario de paz, Bargalló considera indispensable que las reformas sean avaladas por "el máximo consenso entre las fuerzas políticas, siempre que éste no se convierta, como pretenden algunos, en un pretexto para la parálisis y el inmovilismo". "Porque el consenso sólo puede ser fruto del diálogo abierto sin imposición de límites previos", subraya Bargalló.

El 'conseller primer' explicita su aspiración por una Catalunya independiente, que "decida por completo y sin injerencias cuál ha de ser su futuro", pero considera que "no pretendimos hacer ejercicios imposibles" en la negociación del Estatut. Para Bargalló, el texto salido de Catalunya era "el mejor dentro de lo objetivamente posible.

Un avance posible, razonable y sustancial en beneficio de todo el mundo".