Batasuna avisó al Gobierno el 2 de junio de que ETA rompería la tregua si no había un gesto urgente sobre Navarra

Actualizado: domingo, 1 julio 2007 15:28

MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

Altos dirigentes de Batasuna avisaron al Gobierno, tres días antes de que ETA rompiera la tregua, de que si no hacía algo de manera urgente, la banda iba a romper de manera inminente el alto el fuego permanente que había declarado en marzo de 2006. Este "algo" urgente se refería a algún tipo de gesto sobre Navarra y un acercamiento de presos al País Vasco. El aviso se produjo a través de los canales habituales de comunicación que han funcionado en los últimos meses entre las dos partes.

La reivindicación de Navarra por parte de ETA ha sido el gran escollo en toda la negociación de los enviados del Gobierno con la banda y lo fue hasta el último momento como lo demuestra el mensaje que hicieron llegar altos dirigentes de Batasuna al Ejecutivo, pocas fechas antes de que los terroristas dieran por concluida de forma explícita la fase de "alto el fuego".

De hecho, este asunto dificultó las conversaciones que han mantenido durante estos meses en la mesa política el PSOE con Batasuna y después, en reuniones tripartitas, que incluyeron al PNV, celebradas muchas de ellas en el monasterio guipuzcoano de Loyola.

En un principio, las posiciones que sostuvieron Arnaldo Otegi y los representantes de la izquierda abertzale en la mesa política fueron más moderadas, pero en junio-julio del pasado año dieron un giro entrando en un proceso de radicalización e "involución" en sus demandas, que se fue acentuando en octubre y noviembre, llegando a ser éstas inasumibles por las otras partes.

Así, entre julio y noviembre, Otegi y sus acompañantes pasaron de admitir la legalización de Batasuna y una postura más moderada en relación con Navarra a reclamar la autodeterminación y la territorialidad, es decir, pasaron a "quererlo todo, ya y con garantías". Esto y sobre todo, la posición que mantuvieron con relación a Navarra provocó el bloqueo del proceso.

Así lo reconocía expresamente el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, esta misma semana. Imaz, tras dejar claro que él participó en esas reuniones, quiso dejar claro que lo que hizo Batasuna fue "en términos figurados, evidentemente, poner una pistola en la cabeza al PSE-EE y decirle 'o te comprometes a que PSN defienda activa y públicamente el poder conformar un único espacio de autogobierno entre los cuatro territorios, una posición activa del Partido Socialista, por tanto, cambiando tu forma de actuar y de pensar, o todo se rompe'".

El dirigente nacionalista calificó esta forma de actuar de la izquierda abertzale de "chantaje intolerable" y precisó que él no podía aceptar que "a un partido político se le obligue a punta de pistola a cambiar sus concepciones políticas".

A pesar del bloqueo en la negociación política debido a la cuestión de Navarra, la banda volvió al ataque con esta reivindicación, además de otras, en las reuniones paralelas de las dos meses que tuvieron lugar en mayo y que fueron, según publicó el diario Gara, los días 14, 15 y 16 de mayo, es decir, en plena campaña electoral de las municipales y autonómicas.

ACERCAMIENTO DE PRESOS

Y tres días antes de finalizar la tregua, que ETA dio por concluida el 5 de junio pasado, a través de los canales habituales, altos representantes de Batasuna avisaban al Ejecutivo de la necesidad de que hiciera algún gesto, de manera urgente, sobre la situación de Navarra para evitar que la banda rompiera la tregua.

No se especificaba en concreto qué debía contener ese gesto, pero se daba a entender que debía ir en sintonía de las reivindicaciones que han estado manteniendo la banda y la izquierda abertzale durante todo el proceso de "alto el fuego permanente".

Estos mismos representantes pedían también otros gestos del Gobierno para dar credibilidad a su "buena voluntad" de seguir el proceso de diálogo, poniendo como ejemplo un acercamiento de presos al País Vasco. El Ejecutivo no atendió ninguna de estas reivindicaciones y el pasado 5 de junio la banda daba por roto el periodo de tregua que, en esta ocasión ha durado algo más de catorce meses.