CiU defiende la frialdad de Mas en la toma de posesión de Montilla porque hará "hibernar la identidad" catalana

Actualizado: martes, 28 noviembre 2006 21:32


BARCELONA, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

El portavoz de CiU en el Parlament, Felip Puig, explicó hoy la frialdad en los gestos del presidente de la federación, Artur Mas, durante el acto de toma de posesión del nuevo presidente de la Generalitat, José Montilla, alegando que su sola presencia era "un acto de reconocimiento institucional", pero "no se nos puede pedir que además de participar" en el evento, "demostremos entusiasmo y adhesión cálida" ante el "acceso al poder de un presidente que no ha ganado las elecciones ni siquiera en votos".

Puig señaló que incluso el anterior presidente, Pasqual Maragall, había obtenido el mayor número de votos en las elecciones de 2003, aunque no las ganó en número de escaños, para destacar que Montilla "es el primer presidente que accede al cargo sin haber ganado las elecciones, ni siquiera en votos".

El portavoz de CiU aseguró que su partido reconoce "democráticamente la toma de posesión" de Montilla, pero consideró que "la gente entenderá que no nos mostremos entusiastamente a favor". "Desde un punto de vista político, asumimos el papel de oposición con dignidad y corrección, pero lo que no haremos es reír y aplaudir una decisión política que creemos que da fragilidad al gobierno de la Generalitat", añadió.

Puig se refirió también al discurso del nuevo presidente de la Generalitat y a su apuesta por que las políticas sociales releguen a las identitarias en esta legislatura, algo que el portavoz convergente consideró "un error".

"PARÉNTESIS EN LA CONSTRUCCIÓN NACIONAL"

El dirigente de CiU denunció que, con la presidencia de Montilla, Catalunya "entra en una etapa de hibernación de la identidad" y "abre un paréntesis" en el proceso "de construcción nacional" de Catalunya. "Entramos en un momento de inflexión en el que las velocidades de la construcción nacional se verán ralentizadas, ya no por la coyuntura política española, sino por la propia dinámica interna de Catalunya", aseguró.

En base a esta reflexión, Puig destacó que la llegada de Montilla a la presidencia de la Generalitat tiene lugar "en el momento más inoportuno", al iniciar una legislatura cuya misión será "desplegar el nuevo Estatut".

En este sentido, remarcó el hecho de que "el presidente de la Generalitat forme parte de la Ejecutiva del PSOE" para argumentar que el despliegue del texto estatutario en manos del nuevo Gobierno "se hará a un ritmo e intensidad no concordantes con las necesidades de Catalunya".

Para Puig, "a la hora de defender con ambición los intereses de Catalunya", el nuevo presidente verá "subordinadas sus decisiones por su dependencia y disciplina orgánica al PSOE".

Así, cuando el despliegue del nuevo Estatut "ya no está sujeto a las hipotecas" que imponía "la fragilidad de la transición", sí lo estará, según Puig, a un presidente que "fue el político que más intentó que no se aprobase el Estatut del 30 de septiembre" y que gestionará el gobierno "con las manos atadas por su disciplina y subordinación al PSOE".

Puig criticó también el acto de toma de posesión realizado esta mañana en el Palau de la Generalitat, al considerar que su "un acto frío y sin ningún calor popular, muy alejado de lo que reclamaba el líder de CiU, Artur Mas". Para Puig, la celebración de esta mañana "ha sido un acto sin emoción, cargado de la visión de una sola parte del país".