BARCELONA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El diputado de CiU Josep Lluís Cleries salió hoy al paso de las acusaciones del 'conseller primer' de la Generalitat, Josep Bargalló, que cernió la sospecha sobre las cartas enviadas por este diputado al domicilio particular de 21 trabajadores de la Generalitat en las que lamentaba que el Gobierno tripartito no les hubiera renovado el contrato. Cleries defendió que no fueron 21 sino cinco las cartas que él mismo envió a personal que había estado bajo su servicio cuando estaba al frente de la Dirección General de Acción Cívica de la Generalitat y con el que mantenía una buena relación personal, motivo por el cual disponía de su dirección particular.
Cleries explicó que las 21 personas a las que se refería Bargalló eran personal contratado en las oficinas de atención a los inmigrantes de la Generalitat en virtud de un convenio con el IMSERSO que el tripartito "rescindió" cuando llegó al poder, dejando "en el paro" a estos trabajadores. No obstante, aseguró que, de éstos, él sólo envió su carta a "cuatro o cinco" con los que mantenía cierto nivel de "relación personal" y a las que "solía enviar también una felicitación navideña" porque disponía de sus direcciones.
"Si esto tiene tanta importancia que me lo digan. Creo que hacerles una carta para expresar mi reconocimiento por el trabajo hecho, es lo mínimo que se puede hacer", señaló. El diputado de CiU comparó estas cartas, enviadas el 26 de marzo de 2004, con la enviada por el secretario de Organización y Finanzas de ERC, Xavier Vendrell, a varios trabajadores "en la que les felicita por su nombramiento y luego les pide un dinero que han de aportar a ERC".
Cleries incluso se tomó con humor el asunto y señaló que las sólo envió cartas a las personas de las que tenía su dirección "porque son buenas amigas", apostillando que, "bueno, alguna no debe ser tan buena amiga, ¿no?", dado que la carta había llegado a manos del tripartito.
El diputado quiso probar también esta relación "más afectiva" señalando el "comentario personal junto a la firma" que les había puesto a mano y que en la copia distribuida por el tripartito entre la prensa había sido borrado.
