La Fiscalía pide casi 1.000 años de cárcel para dos etarras por el sangriento atentado de Vallecas

Actualizado: jueves, 27 septiembre 2007 22:30


MADRID, 27 Sep. (OTR/PRESS) -

Hoy arrancó en la Audiencia Nacional el juicio por el atentado que ETA perpetró en Vallecas en diciembre de 1995, uno de los más sangrientos de la banda terrorista, que acabó con el terrible saldo de seis funcionarios de la Armada muertos y otras 44 personas heridas. Los etarras Juan Antonio Olarra Guridi (en la imagen) y Ainhoa Múgica Goñi se sentaron en el banquillo de los acusados como miembros del 'comando Madrid' que cometió el atentado en el Puente de Vallecas La Fiscalía pide para los acusados, que se negaron a declarar ante la sala, una pena de 986 años de prisión. En todo caso, el Ministerio Público solicitó al tribunal la posibilidad de que se juzgue a los etarras de acuerdo al Código Penal de 1973 y no al de 1995, lo que elevaría la petición de pena para cada uno hasta los 1.243 años de prisión.

El juicio, que mañana quedará visto para sentencia, comenzó una hora más tarde debido a que Olarra Guridi fue llamado a declarar ante el juez que estaba de guardia de la Audiencia Nacional, en este caso el magistrado Fernando Andreu, por su presunta implicación en la colocación de una bomba en una comisaria de Irún en 1991.

Como hizo luego en el juicio por el atentado del Puente de Vallecas, el etarra se negó a declarar. Tanto Olarra Guridi como Múgica Goñi se limitaron a proclamar en euskera que no reconocen a la Audiencia "legitimidad para juzgar a militantes". Al coincidir en la sala de vistas los dos etarras se saludaron con un beso en la boca y durante toda la vista no dejaron de hablar en todo el proceso en el que su abogado defensor tampoco hizo ningún comentario ni realizó ninguna pregunta.

Los dos terroristas, que fueron detenidos en Francia en 2002 cuando formaban la cúpula de ETA, están acusados de 44 delitos de tentativa de asesinato --tantos como heridos hubo en el atentado--, seis de asesinato consumado, uno de pertenencia a organización terrorista y otro de estragos terroristas.

El fiscal pide para cada uno una pena de 986 años de prisión al considerar que fueron ellos los que realizaron los trabajos de vigilancia y seguimiento necesarias para determinar el trayecto y los horarios de la furgoneta que hicieron volar por los aires con un coche bomba. No obstante, el Ministerio Público ha solicitado al tribunal la posibilidad de que se juzgue a los etarras de acuerdo al Código Penal de 1973 y no al de 1995, lo que elevaría la petición de pena para cada uno hasta los 1.243 años. Pero todo hace pensar que el Tribunal denegará esta petición y, atendiendo a los principios generales del Derecho Penal, se aplicará la Ley más favorable al reo.

IMPASIBLES ANTE LAS LÁGRIMAS

Durante la sesión de hoy acudió a declarar Santiago Esteban Rodríguez, hijo de uno de los funcionarios de la Armada asesinados en el atentado del 11 de diciembre de 1995. En su emocionado testimonio, Esteban recordó ese día como el día en que "asesinaron a seis padres de familia cuyo único delito era trabajar para la administración general del Estado" y recordó la muerte de su padre como "algo devastador, como un terremoto que sacudió nuestros cuerpos y nuestras vidas se desmoronaron como un castillo de naipes".

El hijo del fallecido continuó su conmovedor testimonio que tuvo como telón de fondo el llanto de algunos familiares ante los que los etarras continuaron actuando con total indiferencia, impasibles ante las lágrimas de las víctimas. "A pesar de que asesinen, chantajeen e intenten desestabilizar la democracia no lo van a conseguir tenemos una sociedad fuerte y justa que repudia el terrorismo y vosotros lo único que tenéis es la cárcel", enfatizó el joven en un momento de su testimonio que hizo que el presidente del tribunal le solicitase que no se dirigiera de manera directa a los acusados.

En la vista de hoy también comparecieron los policías que intervinieron en la inspección ocular de la zona en la que se produjo el atentado destacaron el "caos total que reinaba en un zona que era muy transitada". Otro de los agentes recordó el "escenario dantesco de cadáveres en las inmediaciones del Puente de Vallecas" donde explotó el vehículo.