MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno cree que la sentencia del 'procés', que se espera en este mes de octubre, marcará un antes y un después en la campaña electoral y confía en que el clima de tensión que previsiblemente generará el independentismo tras la decisión del Tribunal Supremo beneficie los intereses electorales del PSOE, admiten fuentes del Ejecutivo.
En un ambiente más crispado por los llamamientos a desobedecer la sentencia, de un lado, y quienes propugnan más mano dura frente a los independentistas, por el otro, en el Ejecutivo piensan que serán mayoritarios los españoles que se inclinen por otorgar su confianza al partido que creen que no echará más leña al fuego.
El PSOE, arguyen las fuentes consultadas, sería la formación mejor posicionada para responder al anhelo de la mayoría de los españoles, que esperan de su gobierno una respuesta firme ante cualquier violación de la legislación por parte del independentismo, pero a la vez serena, que evite azuzar la confrontación, como hizo, en su opinión, el anterior Gobierno de Mariano Rajoy.
El PP, por tanto, ya no podría ser el partido en el que se refugiasen los españoles a la hora de hacer frente a un deterioro de la situación en Cataluña, porque cuando tuvo la oportunidad de demostrar su capacidad de gestión ante este desafío, fracasó. Los socialistas recuerdan una y otra vez cómo el número de independentistas se multiplicó durante la etapa de Rajoy, mientras que con el Gobierno de Pedro Sánchez no han dejado de bajar quienes siguen apostando por la confrontación con el Estado.
SERENA FIRMEZA
Esta respuesta firme, pero serena es la que viene defendiendo en los últimos días el presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, en sus últimas intervenciones, en las que subraya que su partido defenderá la Constitución "sin vacilaciones" siempre que sea necesario.
Ahora bien, los socialistas suelen contestar a Ciudadanos, partidario de activar ya el artículo 155 de la Constitución, que no se dan las condiciones para volver a aplicar este precepto de la Carta Magna, al entender que la Generalitat aún no ha incurrido en un quebrantamiento de la ley, como sí ocurrió con la aprobación de las leyes de desconexión, la celebración del referéndum del 1 de octubre y la proclamación de la independencia por el Parlament.
Ante el convencimiento de que la sentencia del 'procés' marcará inevitablemente la campaña electoral de las generales del 10 de noviembre, el PSOE no ha dudado en incluir la palabra España en sus lemas electorales. "Ahora, Gobierno. Ahora, España", es el última eslogan escogido por los socialistas.
En sus intervenciones, Sánchez está presentando a su partido como el mejor capacitado para defender España. El líder socialista esgrime que, a diferencia del PP o Ciudadanos, el PSOE tiene una fuerte presencia a lo largo y ancho de España, incluido el País Vasco y Cataluña.
Sólo los concejales del PSC en la provincia de Barcelona suman más que los que tienen PP y Ciudadanos en toda Cataluña. Y lo mismo ocurre en Vizcaya, reseñó el sábado pasado en la reunión del Comité Federal del PSOE.
Esa reivindicación expresa del concepto de España diferencia además al PSOE de sus rivales en la izquierda, Unidas Podemos --defensores del derecho a decidir-- y el nuevo partido de Iñigo Errejón, que concurrirá en estas generales bajo la marca Más País sin haber definido con claridad su posición sobre Cataluña, más allá de apostar por un acuerdo entre fuerzas políticas que sea luego ratificado en referéndum, un lenguaje similar al que emplea el PSC para referirse a una reforma del Estatut.
Otro elemento que en el PSOE perciben como un handicap para Errejón es su falta de experiencia de gestión, una desventaja que pesaría aún más en un momento de máxima tensión con el independentismo en Cataluña en el que el país no estaría para probar aventuras.
A pesar de su denominación, Más País aún no podría considerarse un partido nacional, dado que no presentará listas en todas las provincias y aún está por ver si conseguirán su objetivo de presentarse en todas aquellas que reparten más de siete diputados.
