Su departamento tendrá que cerrar en próximas semanas una reunión ministerial del Foro de Diálogo sobre Gibraltar por el 'New Flame'
MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, otorgará una atención preferente a Europa e Iberoamérica en sus primeros meses de mandato como titular de este departamento en la IX legislatura, en la que intentará también abrir un capítulo nuevo con EEUU, asignatura pendiente de los últimos cuatro años.
De hecho, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó en su discurso de investidura su intención de trabajar para que Europa "gane peso e influencia" en la escena internacional, especialmente durante la presidencia española de la UE en el primer semestre de 2010.
Zapatero aseguró además que Iberoamérica "ocupará una posición relevante" entre las prioridades del Gobierno socialista, que trabajará para "consolidar allí la democracia, fortalecer la cohesión social y luchar contra la desigualdad y la pobreza", añadió.
Además de visualizar el compromiso de España con Europa e Iberoamérica con algún que otro desplazamiento a estas dos regiones, Moratinos tendrá pendiente en sus primeras semanas de mandato la celebración de una reunión ministerial del Foro de Diálogo sobre Gibraltar que componen los Ejecutivos de España, Reino Unido y el Peñón y que estará dedicado exclusivamente a temas medioambientales, con el fin de evitar crisis como la generada por el el chatarrero 'New Flame', que permanece encallado frente a las costas de Algeciras.
El jefe de la diplomacia anunció en funciones que este encuentro tendría lugar inmediatamente después de los comicios generales del nueve de marzo. En la actualidad, los gobiernos respectivos trabajan para intentar encajar las agendas.
CAPÍTULO NUEVO CON EEUU
Moratinos también tendrá entre sus cometidos intentar abrir un "capítulo nuevo" en las relaciones con Estados Unidos (EEUU), deseo expresado por Zapatero en su discurso de investidura, donde manifestó su voluntad de que ambos países miran al futuro "desde el respeto mutuo para encarar juntos los retos comunes e intensificar" la cooperación bilateral.
El jefe del Gobierno aseguró por otra parte que Africa subsahariana se consolidará como "nuevo eje" de la política exterior española, confirmó que en 2012 se destinará el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) a ayuda oficial al desarrollo y aseguró que la ONU será la "inspiración" del Ejecutivo en la política de cooperación y su "guía" en la acción exterior, aunque eludió referirse expresamente a la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones que él mismo auspició.
El Mediterráneo fue otra de las áreas citadas por Zapatero como objetivo de la política exterior española. El presidente defendió que el Proceso de Barcelona para una asociación euromediterránea se dote de "instituciones eficaces y de los recursos necesarios".
En el ámbito del Mediterráneo, dijo Zapatero, España seguirá trabajando "para garantizar la seguridad combatiendo el terrorismo y aumentando la cooperación policial y judicial", "fomentando el intercambio de la sociedad civil y creando un espacio compartido de educación, investigación e innovación".
En estos primeros meses, el Gobierno trabajará para intentar cerrar antes del verano las respectivas Reuniones de Alto Nivel (RAN) con Marruecos y Argelia.
CONSENSO, ¿HASTA DÓNDE?
Más allá de la voluntad de Zapatero de "consensuar" con el resto de fuerzas políticas los objetivos de la presidencia española de la UE, por considerarlo un asunto "de Estado", Moratinos es partidario de "romper el mito de la necesidad absoluta del consenso en política exterior", según declaró en un acto público en enero pasado.
Bajo su punto de vista, el "consenso general" en política exterior ya prácticamente no existe en ningún país europeo, ya que en la actualidad se trata de una política estrechamente ligada a la interior.
La legislatura pasada dejó sin cerrar otros asuntos que el departamento de Moratinos tendrá que abordar y completar, como la reforma del servicio exterior, para dotar a España del número de diplomáticos y medios que merece como octava economía del mundo; la reforma de los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) y la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, Cesce; y la construcción de una nueva sede para el departamento que aglutine todos los servicios y ponga fin a la actual dispersión.
