Comparecencia de Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, en el Congreso
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 10 enero 2018 12:41


Advierte sobre Cataluña que no se pueden "hacer transacciones con quienes han roto la legalidad", sino forzarles a volver a ella

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, diputado de UCD en la Transición y uno de los llamados 'padres' de la Constitución de 1978, ha apostado por mejorar el Estado autonómico diseñado en la Carta Magna pero evitando el federalismo, un concepto que a su juicio es polémico e indeterminado y que sería además costoso.

Herrero ha inaugurado las comparecencias en la comisión territorial abierta en el Congreso para estudiar el funcionamiento del Estado autonómico. En su exposición, ha empezado por dejar claro que sólo se debe reformar la Constitución si se le encuentran defectos, si se tiene claro qué se debe cambiar y existe un consenso amplio para ello.

A su juicio, existe otro camino, la llamada "mutación constitucional", la aprobación de leyes pactadas por los grandes partidos con las que se interpreta la Carta Magna y se pueden aclarar asuntos imprecisos que requieren una definición. "Por acuerdo de los partidos, que se plasman en normas y prácticas, se pueden hacer importantes mutaciones constitucionales", ha dicho.

ACEPTAR LA ASIMETRÍA, QUE ES CONSUSTANCIAL A ESPAÑA

Miguel Herrero ha explicado que el título VIII de la Constitución, el que regula la organización territorial autonómica, ha sido superado por la realidad de las comunidades y necesita reformas. Eso sí, ha advertido de que los cambios deben partir de "asumir que puede y debe haber asimetría" entre comunidades, porque es "consustancial" al país, sin que eso signifique desigualdad en los servicios que reciben los ciudadanos.

Ha apostado así por perfeccionar el sistema, pero el sistema autonómico, no uno federal, una vía que ha negado y descartado: el federalismo es un concepto muy polémico, que suscita apoyos incondicionales o rechazos; es además indeterminado, porque tiene muchas variantes y no se tiene claro cuál se adaptaría a España, y a su juicio resultaría más costoso que el sistema de comunidades: todas ellas tenderían a reproducir aún más las estructuras del Estado, con el consiguiente gasto.

Dicho esto, Herrero de Miñón ha defendido algunas reformas concretas que en su opinión son necesarias. La más importante, ordenar las competencias, acabando con las competencias compartidas: debería definirse una lista de materias exclusivas y propias del Estado, que no se puedan ceder y que sean además suficientes, y también propias de las autonomías, sin injerencias del Estado.
Ha defendido además cambiar el Senado, pero ha subrayado las dificultades.

Según ha desvelado, parte del problema es la resistencia de los partidos políticos a reducir el número de senadores y renunciar a escaños, asunto crucial en la reforma de la Cámara Alta. Tampoco a su juicio está claro si los senadores deben ser elegidos por provincias o por comunidades autónomas, si Madrid debe tener el doble que una autonomía pequeña o no, y si deberían resolverse en este foro multilateral problemas que son bilaterales, que "no mejorarían nada".

REFORMAR EL SENADO, CON LA CONFERENCIA DE PRESIDENTES

Vistos los problemas, Herrero de Miñón ha apostado por reforzar las funciones del Senado en su Reglamento, empezando por insertar en él la Conferencia de Presidentes para que se celebre de forma automática y periódica. "Daría al Senado una imagen de institución cuasifederal y serviría de fermento para convertirlo en verdadera cámara de representación territorial", ha dicho.

Herrero de Miñón ha defendido además el sostenimiento de la red de municipios del país y especialmente la existencia de las provincias y de las diputaciones, para las que ha propuesto igualmente reformas que, en todo caso, mejoren su funcionamiento.

En su opinión, deberían fusionarse los servicios municipales, pero no los municipios, cuya pervivencia conviene asegurar porque "la desaparición de los lugares es un imán hacia migraciones incontroladas". Es algo que ha sucedido a lo largo de la historia, ha señalado, y sería "absolutamente necio negar que eso pueda ocurrir".

También ha apostado por mantener la organización provincial y las diputaciones, como protectoras de esos municipios pequeños a los que deben servir, aunque también ha admitido que necesitan reformas para aligerar su coste y mejorar el funcionamiento. Por ejemplo, ha planteado que los diputados autonómicos, los que eligen los ciudadanos de cada CCAA, lo sean también provinciales y desempeñen ambas funciones. "No podemos tener tanta clase política, no damos para tanto", ha agregado.

A su juicio, la provincia hoy ha "arraigado" entre los ciudadanos y es una de las instituciones más asentadas, ha dicho, incluso en Cataluña, donde en el siglo XIX se crearon en contra de la tradición y del catalanismo. "Tras 150 años, las provincias han calado", ha dicho.

DEFENSA DE LA PROVINCIA Y LAS DIPUTACIONES

Herrero de Miñón ha hecho en este apartado una defensa cerrada de la provincia como circunscripción electoral "ideal". "Me parece intocable", ha llegado a afirmar. Entre otras cosas porque las alternativas no son mejores: la comunidad autónoma aleja al votante del elegido, ha dicho, y la circunscripción uninominal, más pequeña, "tiene tremendos problemas de diseño".

El padre de la Constitución ha hecho una referencia también a la situación en Cataluña, aunque ha sido tras escuchar las intervenciones de los grupos parlamentarios. Ha insistido en que cabe toda reforma que sea pactada, pero ha sido tajante al afirmar que no se pueden aceptar "transacciones con quienes han roto la legalidad".

"En el sistema constitucional ha podido haber errores, pero ninguno justifica haberse saltado la legalidad y los procedimientos. No se puede negociar el retorno de nadie a la legalidad, hay que aconsejar y forzar el retorno a la legalidad", ha insistido. Será después, dentro de la ley, cuando se podrá negociar cambiarla.

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