Hoy pasará a disposición judicial el pontevedrés que confesó que mató a su padre golpeándole con una barra de hierro

Actualizado: miércoles, 22 octubre 2008 9:39

El presunto homicida huyó, pero acabó presentándose ante la Guardia Civil

PONTEVEDRA, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

Hoy pasará a disposición judicial J.G.R., el pontevedrés de 32 años de edad acusado de matar a su padre golpeándole varias veces con una barra de hierro, tras mantener con él una disputa verbal en el domicilio familiar ubicado en la parroquia de Alba-Pontevedra.

El suceso ocurrió la noche del lunes al martes, sobre las 22.00 horas y poco después varias patrullas del Cuerpo Nacional de Policía se desplazaron al lugar, alertadas por una llamada que informó de que una persona estaba agrediendo a sus familiares en el interior de un domicilio.

La madre del detenido confirmó que el hijo había huido tras agredir a su marido y abandonarlo en el suelo sangrando, con varias heridas en la cabeza, de tal gravedad que el personal de la ambulancia medicalizada del 061 sólo pudo certificar su muerte.

La Policía informó que en la huida el presunto parricida acabó con su coche empotrado contra el muro de cierre de una vivienda próxima, cuya propietaria se quejaba de un fuerte dolor en la pierna ya que al parecer el individuo casi la arrolla con su vehículo.

EL AGRESOR CONFESÓ

Tras inspeccionar el vehículo accidentado y comprobar que el individuo huyó, los agentes pusieron en marcha un dispositivo de búsqueda, aunque al filo de la medianoche fue el propio agresor quien se presentó en las dependencias de la Guardia Civil manifestando que había matado a su padre.

Según explicó, tras empotrar el coche contra el muro salió corriendo hacia la carretera general, paró a un vehículo que pasaba por la carretera de a Coruña y le pidió al conductor que lo llevase hasta la Comandancia de la Guardia Civil, donde confesó que había matado a su padre con una barra de hierro.

Los agentes procedieron a su detención por un presunto delito de homicidio doloso y lesiones, y realizaron una batida para localizar el arma que estaba a unos 200 metros del lugar de los hechos, en la carretera de La Coruña, según informó la policía.

Los vecinos del presunto parricida no salen de su asombro, ya que según reiteraron nunca sospecharon que pudiera hacer algo así porque "era muy bueno, de lo mejorcito que había por aquí", dijeron.