Irak.- Un menor iraquí de doce abatido por el Ejército estadounidense por haber lanzado supuestamente una granada

Actualizado: domingo, 10 mayo 2009 2:48

BAGDAD, 10 May. (Reuters/EP) -

Un menor de doce años murió abatido el pasado jueves por disparos de las Fuerzas de Seguridad estadounidenses al oeste de Mosul, en el norte de Irak, según informó ayer el Ejército de Estados Unidos, que defendió su actuación acusando al menor de haber lanzado previamente una granada contra un grupo de soldados.

Sin embargo, un miembro de la Policía iraquí, hablando en condición de anonimato, aseguró que el niño, cuyo nombre era Omar Musa Salí, no había estado implicado en el lanzamiento del artefacto.

El Ejército norteamericano aseguró que tiene sospechas de que grupos insurgentes están dando dinero a menores a cambio de que les ayuden a combatir a las Fuerzas de Seguridad estadounidenses. Al parecer, tras acabar con su vida, encontraron en poder del menor cerca de 10.000 dinares iraquíes (unos 6,35 euros).

El incidente se produjo el pasado jueves, después de que las fuerzas estadounidenses e iraquíes recibieran varios ataques con granadas en las afueras de Mosul, ciudad considerada como el último bastión de Al Qaeda y otros grupos insurgentes en Irak, informó el portavoz del Ejército estadounidense en el norte del país, el comandante Derrick Cheng.

Los soldados norteamericanos respondieron disparando a varias personas, tiroteo en el que se produjo la muerte del menor. "Tenemos todas las razones para creer que los insurgentes están pagando a niños para realizar estos ataques o para ayudar a los atacantes en algún puesto", aseguró Cheng.

La policía iraquí en Mosul dijo que al chico, que vendía dulces en la calle, le dispararon más de una vez en la cabeza. Además, indicaron que su hermano, de ocho años de edad, huyó cuando dispararon a Omar. El comandante estadounidense reconoció también que habían detenido temporalmente a otro menor, aunque fue puesto en libertad más tarde.

Hace dos semanas, una incursión estadounidense en el sur de Irak provocó una fuerte oleada de condenas por parte del Gobierno iraquí, demandando el juicio de los soldados estadounidenses por las muertes de "ciudadanos inocentes".