MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
Izquierda Unida afronta el nuevo curso político con el objetivo de reforzar su perfil propio, independiente al de Podemos y el resto de sus socios electorales y de grupo parlamentario y, para ello, han decidido establecer su propio canal de comunicación con el Gobierno, según han explicado a Europa Press fuentes de la coalición de izquierdas.
El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ya planteó hace un año la necesidad de tener más visibilidad dentro del grupo de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea y que la alianza no opacara su trabajo. Sin embargo, el funcionamiento diario del grupo parlamentario no siempre ha permitido que este objetivo se hiciera realidad.
Desde que se conformó el grupo confederal en verano de 2016, tras las elecciones generales de junio de ese año en las que Podemos e IU concurrieron juntos por primera vez a nivel estatal, la relación no ha sido todo lo fluida que se esperaba, y los problemas de coordinación entre los distintos actores y las demandas de una mayor visibilidad son frecuentes.
Ahora, con el cambio de Gobierno tras la moción de censura de junio y la llegada del PSOE a La Moncloa, IU ha visto la oportunidad de reforzar su actividad y su visibilidad, entablando su propia relación con el Ejecutivo.
Por ejemplo, según las fuentes consultadas, Garzón ha mantenido su propia interlocución con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para tratar de negociar la senda de déficit y el techo de gasto que el Pleno del Congreso rechazó el viernes, con la abstención de Unidos Podemos.
La organización liderada por Garzón asegura que sigue desarrollando su actividad en coordinación con Podemos y el resto de socios del grupo parlamentario, para actuar conjuntamente. Eso sí, reconocen que el objetivo en este nuevo curso es evitar que dicha coordinación y actividad conjunta eclipse la actividad de IU.
Además, la formación entiende que el PSOE ofrece mayores posibilidades de entendimiento que el anterior Gobierno del PP y, por lo tanto, un mayor margen de maniobra a la hora de conseguir impulsar medidas o influir en las que desarrolle el Ejecutivo. Por ello, considera que ahora sí merece la pena establecer una relación bilateral, independiente de la de Podemos.
"VISIBILIDAD JUSTA DE TODOS LOS ACTORES"
El partido morado y la coalición de izquierdas sellaron el pasado mes de mayo su acuerdo de confluencia para concurrir juntos, en coalición, en las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas, previstas para mayo de 2019.
Esta negociación se alargó durante meses, entre otras cosas, por las reivindicaciones que IU puso sobre la mesa para preservar su identidad, más exigentes que las que planteó en mayo de 2016 cuando se cerró con urgencia el pacto para confluir en las elecciones generales de junio de 2016.
En enero de 2018 Garzón urgió a Podemos a cerrar cuanto antes ese acuerdo, pero teniendo en cuenta que "cualquier propuesta de confluencia" debía partir "del trabajo colectivo, desde abajo", y garantizar "la visibilidad justa de todos los actores".
Las peticiones del líder de IU no sentaron del todo bien a Podemos, sobre todo porque en el momento que las planteó el partido morado atravesaba uno de sus momentos más delicados, tras los malos resultados de las elecciones catalanas de diciembre de 2017 y una continua bajada en las encuestas.
La situación de Podemos ahora ha mejorado, por la llegada del PSOE al Gobierno y, en consecuencia, por el aumento de su nivel de influencia en la vida de política, al ser uno de los principales sustentos del Ejecutivo, tras permitir con sus votos que saliera adelante la moción de censura.
Sin embargo, igual que Podemos pretende rentabilizar esta situación, también IU cree que han crecido sus posibilidades de conseguir una mayor visibilidad e influencia, al ser posible la comunicación fluida y directa con el Gobierno, sin intermediarios del socio mayoritario del grupo.
