Leguina cree que Zapatero ha creado ministerios como un ilusionista y que más valdría reducir el Ejecutivo a la mitad

Actualizado: lunes, 29 septiembre 2008 19:32

MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

El ex diputado socialista Joaquín Leguina considera que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "ha creado y destruido ministerios como si fueran cartas de la baraja en manos de un ilusionista", y le sugiere reducir el Ejecutivo a media docena de ministros.

En un artículo de su espacio personal en Internet, titulado 'Nuevos Ministerios' y que recoge Europa Press, Leguina cree que la pelea competencial que protagonizaron recientemente los ministros de Industria y Ciencia e Innovación, Miguel Sebastián y Cristina Garmendia, respectivamente, resultó "sintomática" porque, a su juicio, denuncia un "síndrome --muy agudizado en los últimos tiempos-- que bien podría llamarse de fecundidad ministerial".

"En aras del dios de lo nuevo --becerro de oro en cuyo altar el nuevo socialismo está dispuesto a realizar cualquier sacrificio humano-- se crean y destruyen ministerios como si fueran cartas de la baraja en manos de un ilusionista", sostiene el histórico dirigente socialista, quien cuestiona la decisión de dividir la adscripción ministerial de Educación o la de crear el Ministerio de Igualdad, cuyas competencias, en su opinión, siguen siendo "confusas, difusas y profusas".

Sobre el departamento que dirige Bibiana Aído, Leguina piensa que, a estas alturas, el jefe del Ejecutivo debiera saber que "no es posible hacerlo funcionar ni a medio gas en menos de año y medio". Y es que, según aduce, "un departamento ministerial no es lo mismo que la agrupación socialista de San Andrés de Rabanedo, el único aparato burocrático que han manejado a su gusto y con sumo provecho personal nuestros más altos líderes antes de llegar a la cima del Gobierno".

Por todo ello, Leguina plantea que en un Estado tan descentralizado como el español, al Gobierno "le bastaría" con media docena de ministros, lo cual, a su juicio, no traería más que ventajas, puesto que "cuanta menos gente, más claridad y menos declaraciones y, por lo tanto, menos contradicciones".