Maragall: "Hasta ahora España no se había dicho a sí misma, mirándose al espejo: soy un país federal"

Actualizado: sábado, 27 mayo 2006 0:51


BARCELONA/MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -

El president de la Generalitat, Pasqual Maragall, aseguró hoy que la polémica levantada por el Estatut se debe básicamente a que en él se recoge un cambio esencial: "Hasta ahora España no se había dicho a sí misma, mirándose al espejo: soy un país federal". En este modelo de cosoberanía entre las comunidades autónomas y el Estado central que, según Maragall, existe de facto, el president reivindicó un mayor poder de "intervención" de Cataluña porque "si no intervenimos ¿para qué estamos aquí?" y porque, también a su juicio, "respetarse y no codecidir no es una relación óptima".

Maragall realizó estas declaraciones en la inauguración de la XXII Reunión del Círculo de Economía y ante la cúpula del empresariado catalán. En defensa de la reforma estatutaria catalana, el president aseguró que "supone un ejercicio de clarificación necesario en un país de corte federal como ha de ser España" y con el que Cataluña "ha dicho que quiere intervenir en España". Según él, con los gobiernos de CiU, Cataluña se ha definido a ella misma y ha pactado educadamente, pero nunca habíamos dicho que Cataluña quiere intervenir en la gobernación de España".

Esto no supone que Cataluña plantee "ningún ultimátum a España" con el Estatut, sino que pone sobre la mesa un "reto que debe saber afrontar". "Hasta ahora España no se había dicho a sí misma, mirándose al espejo: soy un país federal", por lo que lamentó no haber afrontado antes la reforma estatutaria. Así, mostró su satisfacción por que el Estatut dota a Cataluña de un nivel de competencias "como ninguna otra nación sin Estado en Europa" y supone un avance "en los ejes básicos económicos y de definición del país".

Además, el president de la Generalitat, en ese marco federal que planteó, reivindicó el poder de "intervención" de Cataluña en España y se preguntó que "si no intervenimos, ¿para qué estamos aquí?". Para Maragall, "respetarse y no codecidir no es una relación óptima", por lo que abogó por una nueva filosofía: "se puede ser catalán y nacionalista y pactar, pero también decirle a España cómo queremos los catalanes que sea". Al mismo tiempo, insistió en poner fin a una "confusión histórica" de los gobiernos centrales respecto a Cataluña: "Cataluña no es un nacionalismo, es una nación y España lo ha reconocido".

A tres semanas del referéndum, Maragall instó a "distinguir el proceso del resultado, el grano de la paja" en la negociación del Estatut y dio por buenas las incidencias de recorrido, que serán "anécdotas" a partir del día 18 de junio, cuando se celebre la consulta popular. En este sentido, consideró que ha sido un proceso de tramitación cargado de "excesos y tacticismos" pero que "no ha sido el president quien ha jugado un doble juego".

Maragall también hizo autocrítica ante los empresarios y reconoció que "quizá" afrontar una nueva forma de gobernabilidad, como era un Ejecutivo tripartito, y una reforma estatutaria era tener "una ambición excesiva". "Quizá era demasiado para el cuerpo", pero "hay trenes que sólo pasan una vez cada muchos años y hay que tomar decisiones", argumentó. En todo caso, afirmó que Cataluña ha atravesado durante este tiempo "por un periodo de turbulencias del que hemos empezado a salir".