Más de 100 niños de distinas cárceles de Madrid cambian por un día las paredes de hormigón por la fantasía del circo

Actualizado: sábado, 11 noviembre 2006 16:58

MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

Más de 100 niños de las distintas cárceles de Madrid acudieron hoy al circo gracias a una iniciativa de la Fundación Padre Garralda- Instituciones Penitenciarias, con la que pretenden recordar que "la cárcel no está hecha para los niños" y dar una oportunidad a estos menores de disfrutar como "niños de verdad".

El Padre Garralda, que preside la Fundación, destacó, en declaraciones a Europa Press Televisión, la necesidad de la visita al Circo Americano, situado en la plaza de las Ventas, puesto que, lamentó, los hijos de las presas lo único que ven en la cárcel es hormigón.

Dicho esto, recordó la importancia de que la gente sepa en España la cantidad de niños y niñas que "se están destruyendo en las cárceles, a pesar de los enormes esfuerzos de las instituciones penitenciarias".

Según explicó, los hijos de las mujeres presas permanecen con sus madres desde su nacimiento hasta los tres años. Posteriormente, los menores suelen ir con familiares, parejas o familias de acogida, periodo durante el cual la Fundación Padre Garralda intenta ayudar a estos niños para que puedan disfrutar de sus madres, tanto dentro de los centros penitenciarios como en actividades de fin de semana, o incluso cuando éstas finalizan su condena.

Por su parte, María Matos, vicepresidenta de la Fundación y voluntaria desde el inicio de su actividad, aseguró que lleva más de 30 años atendiendo a los niños en actividades como el safari, el zoo, el retiro, o la nieve, iniciativas que, según explicó, cuentan con el apoyo de las Instituciones Penitenciarias y con la imprescindible "colaboración de cientos de voluntarios, durante todo el año".

Por último, remarcó que la Fundación también desarrolla actividades para "los más marginados de la sociedad". Pero, en su opinión, el caso de los niños necesita especial apoyo para evitar la imagen de "ver un niño gateando frente a un muro de siete metros de hormigón, con alambrada, en un ambiente que no es el suyo".