Memoria.- Los 11 fusilados de El Cerro (Huelva) recibirán sepultura el sábado, tras 72 años en una fosa común

Actualizado: lunes, 18 mayo 2009 13:08

HUELVA, 18 May. (EUROPA PRESS) -

Las 11 personas de El Cerro del Andévalo (Huelva) que fueron fusiladas en la Guerra Civil y han permanecido 72 años en una fosa común en Calañas recibirán sepultura el próximo sábado, día 23 de mayo, en el cementerio de El Cerro.

En declaraciones a Europa Press, el bisnieto de uno de los asesinados Francisco Javier González aseguró que con este entierro y la ayuda que ha prestado a estas familias, encargándose de coordinar estos trabajos, "se cierra un capítulo" y apuntó que seguirá trabajando para reconstruir la memoria histórica "y ayudar a otras familias".

Al sepelio está previsto que acudan tanto el alcalde de El Cerro, Juan Manuel Borrero (PP), como el de Calañas, Fernando Recio (PSOE), así como los familiares han invitado a representantes de otras instituciones. Además, estas personas serán enterradas todas juntas, ya que éste es el deseo de sus familiares.

González ya precisó que la identificación previa que se ha realizado por un laboratorio forense "se ha hecho para conocer las circunstancias de la muerte" pero añadió que la identificación mediante ADN "es imposible porque se trata de 11 personas cuyos huesos están todos juntos y, para que la identificación con cada uno de sus familiares fuera buena, debería hacerse a 400 huesos".

Así, aseguró que tras el dictamen de los profesionales "sabemos que son huesos de esa etapa y que fueron fusilados" y la documentación previa que había recopilado "no deja lugar a dudas de que se trata de estas 11 personas".

La exhumación, tras cuatro días de trabajo, dejó al descubierto cuatro cuerpos enteros y los restos de otros siete, que fueron enterrados en ella --estando dividida en dos parcelas o espacios en la tierra delimitados por muros de ladrillo-- en el año 1937.

Posibilitó también el hallazgo de diversos objetos que pudieron pertenecer a los fusilados enterrados en la misma, como monedas, botones e incluso cristales de gafas, así como proyectiles que podrían determinar el arma utilizada en el fusilamiento.

Durante todos estos días que duraron los trabajos acudieron a las obras de exhumación numerosos vecinos y familiares de represaliados, entre ellos un agente de la Guardia Civil retirado que pertenecía a la CNT.