Piden 24 años de cárcel para dos porteros de discoteca acusados de matar a un cliente de una paliza en Barcelona

Actualizado: lunes, 16 enero 2006 20:02

BARCELONA, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal solicita 24 años de prisión para los dos porteros de discoteca acusados de matar a un cliente de 45 años propinándole una brutal paliza en el interior del bar musical Tago Mago del Port Olímpic de Barcelona.

Un jurado popular juzga desde hoy en la Audiencia de Barcelona a los dos acusados, Onay S.P., de 31 años y nacionalidad cubana, y Rachid M., de 26 años y nacionalidad marroquí, por un delito de homicidio.

El fiscal pide 12 años de cárcel para cada uno y reclama que indemnicen conjunta y solidariamente a la madre y a los cinco hermanos de la víctima, José María S.M., con 145.000 euros. La responsabilidad civil directa recae sobre la compañía de seguros de Tago Mago, Zurich España, mientras que la responsabilidad subsidiaria recae en el propio local.

La acusación particular, ejercida por la familia del fallecido, solicita diez años de prisión para cada uno de los acusados y reclama una indemnización de 110.000 euros. Los letrados encargados de la defensa, por su parte, piden la absolución de los procesados, ya que a su juicio no se produjo la agresión "salvaje, brutal y desmesurada" que mantienen el fiscal y la acusación particular.

Los hechos ocurrieron sobre las 4 de la madrugada del 8 de agosto de 2004, cuando la víctima y su novia, Aranzazu M.C., se hallaban en el interior del bar musical Tago Mago del Port Olímpic de Barcelona.

Después de tomar varias copas, Aranzazu empezó a discutir con una de las camareras del local porque les había retirado la última consumición antes de tiempo, optando la empleada del local por avisar al encargado de seguridad, Onay S.P..

El portero intentó en un primer momento poner orden y aclarar lo que estaba ocurriendo, según recoge el escrito de Fiscalía. Ante la poca colaboración de Aranzazu, Onay habría solicitado a través del servicio de intercomunicación la ayuda de Rachid M., portero del local contiguo y segundo acusado.

Onay y Rachid trataron supuestamente de expulsar de Tago Mago a los dos clientes, adquiriendo la discusión cada vez más intensidad y violencia. En un momento dado, los dos porteros habrían empezado a dar patadas en la cabeza y múltiples puñetazos a José María, causándole contusiones y hematomas en el cráneo, el tórax, el abdomen y las extremidades que le causaron la muerte a las pocas horas de ingresar en el servicio de urgencias del Hospital del Mar de Barcelona.

LA VÍCTIMA "SE DESPLOMÓ".

Onay, principal sospechoso del homicidio de José María S.M., insiste en que la víctima "se desplomó" sin que nadie le tocara. Según explicaron fuentes de la investigación en el momento de los hechos, el fallecido fue visto en un cajero automático de la zona, dos horas antes del incidente, echando espuma por la boca.

La principal prueba de cargo es la declaración incriminatoria de la novia del fallecido, que aseguró en su denuncia ante la Policía que Onay le propinó una brutal paliza a su compañero, llegando a utilizar un arma para golpearlo.

Por el contrario, el acusado --que se presentó voluntariamente ante la Policía la noche de los hechos-- sostuvo desde un primer momento que no agredió al fallecido. Según su versión, el incidente se inició en el interior del local y fue provocado por la novia de la víctima tras retirársele una copa.

Según el detenido, la mujer perdió los nervios y rompió una botella. Acto seguido se situó detrás de la barra y empezó a perseguir a las camareras para que le pusieran otra copa. En ese momento, intervino el personal de seguridad del local para reducir a la mujer que estaba protagonizando el incidente, entre ellos el presunto homicida.

Según declaró Onay ante la Policía, él se giró instintivamente y vio cómo el fallecido se desplomaba sin que nadie le tocara. Lo levantaron entre varios clientes y un camarero y lo sacaron del local, donde recuperó el conocimiento.

El portero aseguró que el fallecido agradeció la ayuda y, ya consciente, le trasladaron a un lugar fuera del paso --para que estuviera más tranquilo-- y le sentaron en una silla para darle una botella de agua. El fallecido, incluso, rechazó la primera asistencia de una ambulancia y también la ayuda de una patrulla de la Policía.

El segundo acusado, Rachid M., encargado de seguridad del local conocido como Salsa, contiguo al lugar donde ocurrieron los hechos, mantuvo desde el principio que no se acercó en ningún momento al bar musical Tago Mago y que se enteró de la muerte de José María al día siguiente, a través de los medios de comunicación.

La defensa de Rachid considera que le han sentado en el banquillo de los acusados "porque sí", ya que "todas las pruebas, excepto la novia de la víctima, sustentan su inocencia".

AGRESIÓN "BRUTAL", SEGÚN LA ACUSACIÓN.

José María S.M., con numerosos antecedentes policiales por robo y delitos contra la salud pública, era seropositivo y se encontraba en una fase avanzada de la enfermedad.

A este respecto, el fiscal se dirigió al jurado durante las alegaciones previas para remarcar que se trata de "enjuiciar hechos concretos y no las formas de vida, las costumbres, los vicios o la raza de la víctima, de los testigos o de los acusados".

La acusación particular también hizo referencia al estado en que se encontraba José María y aseguró que "la única causa de su muerte fue la agresión brutal que sufrió por parte de los acusados y no su mermada salud".