PP avisa al nacionalismo "radical" que el "lenguaje hostil" puede provocar actos "condenables" como el ataque a Montoro

El secretario general del Partido Popular Europeo, Antonio López-Istúriz
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 23 mayo 2014 11:25

MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -

El secretario general del Partido Popular Europeo y candidato del PP a las elecciones del próximo domingo Antonio López Istúriz ha apelado este viernes a la "moderación" de los "nacionalistas radicales" a los que ha advertido de que la utilización de un "lenguaje hostil" puede acabar en "actos condenables" como el ataque del que fue víctima el pasado miércoles en Barcelona el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Así se ha pronunciado López Istúriz durante el desayuno informativo de 'Nueva Economía Forum' que ha protagonizado en Madrid, al ser preguntado por el incidente en el que también se vio envuelta la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho.

El candidato 'popular' ha mostrado su "preocupación" por estos hechos y por la agresión que sufrió hace unas semanas en Tarrasa (Barcelona) el primer secretario del PSC, Pere Navarro. "El lenguaje hostil a veces puede provocar este tipo de situaciones, pido a todos moderación, especialmente a las fuerzas nacionalistas radicales", ha comentado.

URNAS EL 25M

También se le ha preguntado cómo deberían actuar las fuerzas de Seguridad si, aprovechando las elecciones europeas del próximo domingo, en algunos municipios catalanes se colocan urnas para consultar a los ciudadanos sobre otros asuntos como la independencia.

López Istúriz ha dicho desconocer que exista esa posibilidad y se ha limitado a señalar que "tratar de influir" en el voto de los ciudadanos es "absolutamente ilegal" y que serán los responsables de las Fuerzas de Seguridad los que tengan que decidir "sobre el terreno" cómo actuar si se colocan urnas alternativas.

Por último, ha incidido en que, "por mucho que hagan" los partidarios de la independencia, la Unión Europea no ve "viable" la secesión de Cataluña porque, tanto desde Bruselas como desde el resto de los Estados miembro tienen un "respeto máximo a la Constitución española" y consideran que "no hay salida a esta aventura".