Barreda (PP) dice que la izquierda abertzale no puede dar "ni media lección" y Rosa Díez muestra su repugnancia e infinito desprecio
MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
La coalición Amaiur defendió este martes en el Pleno del Congreso una iniciativa para condenar los sucesos de Vitoria de 1976, cuando cinco trabajadores murieron por la actuación de la Policía en una asamblea en una iglesia, pero el PP, el PSOE y UPyD dieron la vuelta al debate echando en cara a la izquierda abertzale heredera de Batasuna su silencio ante ETA, sus críticas a las últimas detenciones de terroristas y su intento de manipular aquel episodio de la etapa preconstitucional.
Aquel episodio tuvo lugar el 3 de marzo de 1976, cuando aún no estaban reconocidos ni el derecho de huelga ni el derecho de reunión, por las asambleas de trabajadores se organizaban en iglesias. Ese día, con una huelga general convocada en Vitoria, se celebró una asamblea multitudinaria en la parroquia de San Francisco de Asís, que acabó siendo asaltada por la Policía produciéndose tres muertos y decenas de heridos, dos de los cuales fallecieron a los pocos días como consecuencia de las lesiones.
Iker Urbina, diputado de Amaiur y abogado de presos de ETA, presentó la iniciativa para tratar de condenar a las Fuerzas de Seguridad y responsabilizar al Estado de aquellos sucesos, apuntando incluso a quien era el ministro de Gobernación, Manuel Fraga --que ese día estaba de viaje--, años después fundador de Alianza Popular y del PP.
Su objetivo es que esos trabajadores fallecidos sean considerados víctimas del terrorismo, pues sostiene que el resto de fuerzas políticas hacen distinciones y sólo rinden tributo a las causadas por ETA, olvidando aquellos que murieron por actuaciones policiales.
Tras bajarse Urbina de la tribuna, en medio del silencio del hemiciclo, subió al estrado el exalcalde de san Sebastián, el socialista Odón Elorza, quien recordó a Amaiur que las víctimas de aquel "suceso horrible" de hace más de 30 años ya están amparadas por la Ley de Memoria Histórica: "Son víctimas, pero no encajan en el concepto legal de víctimas del terrorismo", le recordó.
PSE: INCOHERENCIA DE AMAIUR
Pero además, aprovechó para lamentar la actitud de Amaiur ante el terrorismo de ETA, sus "años de silencio" y su "decepcionante respuesta" ante las últimas detenciones de activistas de la banda. "Es una contradicción, una tremenda incoherencia", enfatizó.
Siguió la portavoz de UPyD, Rosa Díez, quien admitió sentir "repugnancia" ante el relato "hipócrita y cínico" de Amaiur sobre los sucesos del 3 de marzo, que a su juicio busca justificar a ETA, que ese mismo año de 1976 asesinó a 18 personas inocentes cuyos autores fueron amnistiados.
Tras recordar que las víctimas de aquellos sucesos eran sindicalistas y militantes de formaciones de izquierda, Rosa Díez recriminó a Amaiur que, desde 1976, ETA ha asesinado a más de 800 personas sin que la izquierda abertzale haya exigido nunca un juicio contra los responsables de esos crímenes, ni haya reclamado siquiera la disolución de la banda terrorista. "Mientras no agachen la cabeza cuando se encuentren con una víctima seguirán teniendo el más infinito de nuestro desprecios", zanjó.
A renglón seguido, Leopoldo Barreda, del PP, acusó a Amaiur de tratar de llevar "el agua a su molino" tratando de "instrumentalizar" los hechos de 3 de marzo de 1976 para su discurso de equiparación de víctimas.
"No están ustedes en posición de dar lecciones a nadie, ni al PP, ni a Fraga, ni al Gobierno ni a nadie --proclamó--. Ni media lección. Tienen demasiada tarea pendiente como para poner deberes a los demócratas. Llegan décadas tarde a su cita con la historia y ahora vienen con esta cortina de humo".
APOYO DEL PNV
El PNV, por boca de Emilio Olabarria, sí apoyó el texto al considerar que también las Fuerzas de Seguridad pueden cometer actos de terrorismo y en ese perfil encaja en su opinión la actuación policial de aquel día de 1976: "Es un requerimiento de justicia histórica", sostiene.
También el grupo de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), cuyo portavoz, José Luis Centella, quiso dejar claro que la dictadura no terminó el día que murió Franco y pidió también extender la solidaridad con otras víctimas de actuaciones policiales en la etapa preconstitucional.
