VALENCIA, 2 May. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente y portavoz del Consell, Vicente Rambla, afirmó hoy "es positiva la llegada de un inmigrante con su relación laboral garantizada, con su voluntad de integrarse" ya que entonces, se produce un "recíproco beneficio" con la sociedad receptora y consideró que el Gobierno de España que "tiene las competencias", debe ser "muy firme y muy exigente", en este sentido.
Rambla realizó estas declaraciones en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell tras ser preguntado por la reunión del próximo miércoles entre el consejero de Inmigración, Rafael Blasco con el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, para tratar el contrato de inmigración.
En este sentido, explicó que el Gobierno valenciano trabaja en la elaboración de la Ley de Integración del Inmigrantes, el "primer marco legal" a nivel autonómico que pretende regular de forma "global" la integración de extranjeros en la Comunidad.
Una norma que "quiere recoger lo principios rectores" de la integración en diferentes ámbitos, como la educación, la sanidad, la vivienda o la formación, que "afectan a personas desfavorecidas en muchos casos" que han llegado a la Comunidad y que "no tienen resueltas sus necesidades" con la "adecuada estabilidad" y el "adecuado nivel de integración".
"Lo único que se pretende es poder dar adecuadas condiciones de vida al inmigrante" que llega para desarrollar su vida laboral, "cosa que agradecemos por que contribuye al desarrollo económico", pero "al mismo tiempo parece razonable que esa llegada no se limite exclusivamente a su relación laboral sino que haya simplemente una voluntad de participar en nuestra sociedad en el tiempo que aquí esté", apuntó.
Además, consideró que "no hay que magnificar estas cuestiones, y de lo que sí hay que tratar" es que el Gobierno central que "tiene las competencias" para que "haga un gran esfuerzo" para que lleguen tantos inmigrantes "como sea positivo".
Al respecto, señaló que "no es positivo ni es bueno" cuando un inmigrante llega "sin trabajo ni medios" y "sin ninguna capacidad para poder desarrollar una opción de vida". "No es positivo ni para el inmigrante ni para la sociedad española", aseveró.
Por ello, indicó que el "gran reto" que tiene la sociedad española es el de "ser capaces de regular una inmigración que sea muy positiva para los inmigrantes que lleguen, desde el punto de vista personal, social y laboral, y que sea positiva también para la sociedad a la que vienen" porque sino "entraremos en una sociedad con importantes tensiones y desequilibrios".
