LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA), 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las redes sociales constituyen un "filón" para el periodista ambiental gracias al cual los profesionales pueden "poner orden en el caos informativo", según el editor de la revista Ballena Blanca y director de Comunicación de la Fundación Conama, Clemente Álvarez.
Álvarez ha hecho estas declaraciones durante la segunda sesión del curso 'Los nuevos escenarios de la comunicación ambiental', organizado para este miércoles y jueves en el Palacio de la Granja de San Ildefonso (Segovia) por Ecoembes a través de su Cátedra de Medio Ambiente en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y que reúne a estudiantes y profesionales del sector.
En este sentido, el editor de Ballena Blanca ha citado su experiencia cubriendo la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático que celebró Naciones Unidas en Copenhague en 2009. "Las cumbres son un evento difícil de cubrir para un periodista ambiental, con muchos actores distintos, muchas cosas sucediendo al mismo tiempo, muchos idiomas...Gracias a las redes sociales, es posible no limitarse a un enfoque en particular", ha añadido.
Álvarez ha explicado que, durante la cumbre, el uso de redes sociales como Twitter le permitió seguir al mismo tiempo tanto las ponencias y negociaciones como las manifestaciones que tenían lugar a las puertas del encuentro. "Además, también a través de Twitter las fuentes podían contactarme directamente, informarme sobre cosas que estaban sucediendo", ha añadido.
Eso sí, ha matizado que "con nuevas tecnologías y plataformas o sin ellas, el objetivo para el periodista ambiental sigue siendo hacer su trabajo periodístico en su sentido más clásico. "La clave es pensar siempre como un periodista, concebir cada 'tuit' como un titular", ha aclarado.
Por su parte, la gerente de Comunicación Corporativa de Ecoembes, Nieves Rey, ha subrayado que, desde el lado de las instituciones y empresas, la comunicación ambiental se ha convertido también en algo importante, un activo estratégico para cada entidad. "Ha habido un gran salto. Antes éramos más racionales, más institucionales, pero ahora la comunicación ambiental debe seducir, contar historias. Si no conseguimos tocar la fibra sensible y concienciar el ciudadano, no llegaremos a nada", ha concluido.
