Los sargentos de Tenerife a los que el Supremo ordena juzgar por acoso tienen otro juicio pendiente

Sede del Tribunal Supremo en Madrid
Sede del Tribunal Supremo en Madrid - EUROPA PRESS
Publicado: viernes, 2 agosto 2019 12:42

El alto tribunal ya ordenó en mayo levantar el archivo de otro caso contra estos cinco suboficiales por vejar a otro compañero

MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los cinco sargentos del Ejército de Tierra contra los que el Tribunal Supremo ha ordenado proceder por el acoso durante años a otra suboficial en el cuartel de Santa Cruz de Tenerife tienen otro juicio pendiente por hechos similares a otro compañero, al que también vejaban, cuestionaban en público sus órdenes e insultaban con calificativos como "comepollas", "putita del Brigada" o "retrasado".

En esta ocasión el asunto fue también archivado por el Tribunal Militar Territorial Quinto, aunque el Supremo ordenó reabrirlo el pasado mes de mayo a instancias de la Fiscalía. Los acusados son los cinco mismos sargentos más otros dos, por los que sumados a un capitán al que el Supremo ordena también investigar por el primero de los casos erían un total de ocho los involucrados en este tipo de hechos en el mismo acuartelamiento.

En la sentencia dada a conocer este viernes el Supremo refleja de forma pormenorizada el acoso sufrido por la víctima. En una de las ocasiones, en enero de 2016, uno de los suboficiales le mandó callar en el vestuario, le dio una colleja y le empujó tirándole al suelo mientras le insultaba con expresiones como "te habrás hartado de pastel de polla", "comepollas del Brigada", "putita del Brigada" en relación con su amistad de la víctima con este mando, unos comentarios que también lanzaban contra él el resto de investigados.

A otro de los investigados se le atribuye dirigirse a la víctima delante de la tropa con expresiones como "si tienes cojones vienes a darme lecciones pero en la calle" frente a la orden de un capitán sobre la distribución de los suboficiales en las intalaciones, mientras que estando la tropa formada otro día le espetó: "cómprate un amigo" y "retrasado".

Su amistad con el brigada también le valió insultos por parte de otros acusados, que le llamaban "inútil" o "rata" igualmente delante de sus subordinados, unas expresiones que el Supremo considera agresoras, injuriosas, vejatorias y humillantes, por lo que constituyen una situación de presunto acoso y hostigamiento personal que debe ser juzgada.

El alto tribunal disiente del criterio del tribunal militar, que estimó que la denuncia carecía de la mínima gravedad imprescindible para su incardinación en un delito de injurias graves.

LO HECHOS DEBEN SER SOMETIDOS A JUICIO

"Cabe corroborar en este momento la existencia de indicios suficientes para sostener razonablemente la posible realidad de los hechos", sostiene e Supremo, sin que sea necesario acreditar en este momento su certeza que se podrá obtener durante el juicio.

La Sala de lo Militar señaló en este primer auto lo mismo que en el conocido el jueves respecto al acoso sufrido por otro sargento, en este caso una compañera.

Así, considera que el tribunal de instancia realizó una valoración de la credibilidad de los testigos "sustrayendo a las acusaciones el derecho a proponer y practicar la verdadera prueba en el juicio oral bajo los principios de inmediación, oralidad y contradicción", vulnerando así el derecho a la tutela judicial efectiva. Ordena por ello ordena la devolución de las actuaciones para que sean instruidas por un tribunal diferente al que archivó.

En el primero de los casos, estos cinco suboficiales se mofaron de una sargento también incluso delante de la tropa con los calificativos de "jodida enana", "gandula", "lesbiana", "por ahí viene el chihuahua" e incluso utilizaron su imagen junto a un "minion" como perfil de un grupo de Whatsapp destinado a realizar mofas.

El alto tribunal actuó igualmente a instancias de la Fiscalía y ordenó además la deducción de testimonio de un capital que desoyó las denuncias de la sargento cuando ésta le relató el calvario que estaba sufriendo, alegando que no quería problemas en el cuartel.

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