Seis años y medio de cárcel para tres mossos que torturaron a un detenido en Les Corts (Barcelona)

Actualizado: martes, 25 noviembre 2008 19:18

La Audiencia de Barcelona condena a otros dos agentes por maltratos y lesiones al arrestado por error

BARCELONA, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Barcelona ha condenado a seis años y siete meses de prisión a tres mossos d'Esquadra que en julio de 2006 torturaron a un rumano detenido por error durante su arresto y posterior estancia en la comisaría de Les Corts. Otro policía imputado ha sido condenado a dos años de cárcel por un delito contra la integridad moral y el quinto mosso tendrá que pagar varias multas.

Según la sentencia, los agentes arrestaron por error en la calle a Lucian P. pensando que había robado de forma violenta en un piso y que había agredido a su dueña. Durante la detención, le pegaron por todo el cuerpo, le amenazaron de muerte y le insultaron, además de no identificarse como policías hasta mucho rato después.

En el trayecto hacia la comisaría de Les Corts le golpearon, le introdujeron una pistola en la boca y le amenazaron de muerte. Una vez en comisaría, la actitud de los agentes fue la misma, según la sentencia.

A consecuencia de las agresiones, el detenido sufrió contusiones y hematomas en los brazos, lo que le obligó a ser hospitalizado durante dos días, a estar de baja durante 15 y a recibir un tratamiento intravenoso debido a su hemofilia.

En total, el tribunal condena a 22 años y nueve meses de cárcel a cuatro de ellos por delitos contra la integridad moral, torturas y lesiones agravadas, y a los cinco a pagar 18.770 euros en concepto de indemnización a la víctima y a su novia por daños físicos y morales, que deberá abonar la Generalitat en concepto de responsable civil subsidiaria. Tres de ellos deberán pagar 8.400 euros de multa por delitos de detención ilegal y contra la inviolabilidad del domicilio, y faltas de lesiones y maltratos sin causar lesión.

La Sección Novena ha exculpado al sargento jefe del grupo de atracos de los Mossos de Barcelona, pero remitirá la sentencia a la Conselleria de Interior de la Generalitat para que, en su caso, se depuren "responsabilidades", ya que considera que "incumplió el deber de vigilancia de sus subordinados".

Estas penas son inferiores a las solicitadas por la Fiscalía y la acusación particular. El Ministerio Público pedía 40 años de cárcel en total para los cinco agentes condenados.

"BRUTAL" ARRESTO

La sentencia considera probada la versión de la víctima, su abogado y la Fiscalía, y asegura que sobre las 20.30 horas del 27 de julio de 2006, los agentes arrestaron por error a Lucian P. cuando salía de su domicilio, en la calle Ausiàs Marc. Los mossos le pegaron por todo el cuerpo, le pisaron la cabeza contra el asfalto y le agarraron por el cuello para impedir que gritase, al tiempo que le insultaban y le amenazaban de muerte.

Practicaron la detención sin identificarse como policías, algo que sólo hizo uno de ellos cuando la "brutal actuación" fue recriminada por los peatones.

En el coche policial, tres agentes intentaron conseguir la confesión del detenido y le introdujeron una pistola en la boca amenazándole con tirarlo por "un barranco" y con que, si la juez le soltaba, lo podían "matar, que no sería el primero". Al mismo tiempo, los tres agentes que iban dentro del coche golpearon e insultaron "repetida e indistintamente" al detenido, que no conocía el motivo de su arresto y temía que sus agresores fueran "delincuentes".

El conductor del coche lo hacía aprovechando cuando se paraba en los semáforos en rojo, mientras que el detenido les señaló que era hemofílico y podía morir si le continuaban golpeando, aunque no hicieron caso omiso.

Al llegar a la comisaría, le pusieron unas esposas más apretadas y le siguieron golpeando, insultando y amenazando de muerte. En un momento determinado, lo introdujeron en un cuarto, donde Lucian P. les repitió que era hemofílico, a lo que los acusados le respondieron que "más le valía". Los agentes dejaron de pegarle cuando un agente no identificado que estaba de servicio en la comisaría les dijo a sus compañeros que pararan, porque había videocámaras.

A continuación lo desnudaron y le encerraron en un calabozo toda la noche, donde le informaron de sus derechos como detenido y le explicaron por qué había sido arrestado. Sólo salió para acudir en dos ocasiones, por la noche y a la mañana siguiente, a visitar un médico por los golpes que había recibido.

Paralelamente, su compañera sentimental, embarazada de entre dos y tres meses, también fue conducida por la fuerza a la comisaría, donde, amedrentada y engañada por los agentes, pasó dos horas sin que le dijeran que estaba detenida.

Después de que la víctima del robo investigado no le reconociera en una serie de fotografías, Lucian P. fue puesto en libertad tras declarar con su abogado de oficio al mediodía siguiente.

Pese a que los Mossos se percataron de que la detención se había producido por error y sin orden judicial, decidieron registrar la vivienda de Lucian P. en busca de algo que pudiera incriminarle. Así lo manifestó la compañera de piso de los denunciantes, que estuvo presente durante el registro.

La Audiencia considera "verosímil" la versión de la víctima, ya que tanto los testigos presenciales de la detención --entre ellos una portera y una ciudadana chilena--, como los partes médicos y la declaración de la novia y de la compañera de piso corroboran parte del testimonio del detenido por error.