BARCELONA/MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
El acuerdo sobre el Estatut se fraguó en la noche del sábado en La Moncloa, en una reunión entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de CiU, Artur Mas. En él, se pactó definir a Cataluña como nación en el Preámbulo, dejando el término 'nacionalidad' para el artículo 1. En materia de financiación, el Gobierno aceptó aumentar la participación de Cataluña en los impuestos especiales y el IVA, pero la Agencia Tributaria será finalmente consorciada. Hoy, en diferentes encuentros, el jefe del Ejecutivo se reunió con los líderes de ICV, Joan Saura, y ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, para detallarles el pacto con los convergentes.
Aunque el acuerdo parece cada vez más cercano, los republicanos no quedaron satisfechos con un acuerdo "insuficiente e inaceptable" y reclamaron seguir con las negociaciones.
"Ahora sí que sí estamos en los últimos metros de la negociación", proclamó el hombre fuerte del PSOE en las conversaciones del Estatut, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien anunció "con gran satisfacción" que se ha conseguido "un acuerdo histórico" en el marco de la Constitución.
Así, el socialista explicó que, como propuso su partido, se recoge el sentir de los catalanes "en un preámbulo descriptivo" y el artículo 1 del Estatut queda igual que el texto acordado en 1979, definiendo a Cataluña como una nacionalidad. En cuanto al sistema de financiación, Rubalcaba subrayó que en el proyecto quedará "una referencia" al modelo de financiación al amparo de la LOFCA y que será "un sólo sistema para las quince comunidades autónomas".
Aunque Artur Mas calificó el acuerdo con el Gobierno de "salto adelante" y Joan Saura consideró "globalmente positivo" el mismo, ERC se desmarcó del optimismo del que hicieron gala tanto el PSOE como el resto de partidos catalanes que conforman el cuatripartito.
Carod-Rovira explicó que el acuerdo alcanzado es "inaceptable e insuficiente" para los republicanos, por lo que su formación se erigirá como "la garante de un buen Estatut". Además, quiso subrayar que los dos aspectos que se trataron en el encuentro entre Mas y Zapatero fueron la definición de nación y la financiación. Sobre el primero, anunció que ERC votará en contra, y sobre el segundo, esperará a tener una propuesta escrita para pronunciarse.
El líder de los republicanos reclamó que continúen las negociaciones, porque, además de estos dos grandes ejes, quedan sobre la mesa asuntos como los peajes, la justicia, las relaciones exteriores de la Generalitat o las infraestructuras. Del mismo modo, ICV señaló quedan "algunos aspectos que no están resueltos" y citó el capítulo del poder judicial, competencias en Educación o las cajas de ahorro. Para Rubalcaba, lo que queda sobre la mesa son "temas menores y flecos" que se pueden solucionar satisfactoriamente en los próximos días. Así, tras señalar que se trata de un acuerdo "en distintos grados de madurez", el socialista aseguró que se ha alcanzado un acuerdo con todos los partidos catalanes que aprobaron el Estatut.
NACIÓN Y FINANCIACIÓN
"El Parlament de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía catalana, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como una nación", reza el texto pactado entre Zapatero y Mas. Además se incluye un segundo apartado en el que se señala que "la Constitución, en su artículo 2 reconoce la realidad nacional de Cataluña en forma de nacionalidad". Lo importante de esta redacción es, según explicó Mas, primero, que se equipara nacionalidad y nación, y segundo, "por primera vez en muchos años, las Cortes Generales reconocerán una definición de Cataluña como nación adoptada por el Parlament". Para el articulado se deja el término 'nacionalidad', que el actual Estatut de 1979 recoge únicamente en el preámbulo.
En materia de financiación, se acordó un consorcio entre la Administración catalana y la central para gestionar los impuestos compartidos en una única Agencia Tributaria. No obstante, no se incluye la palabra 'única', sino que se mantienen los espacios fiscales separados, de tal forma que la Agencia Tributaria del Estado seguirá recaudando y gestionando los impuestos de Cataluña, aunque se matiza que en un plazo de dos años podría constituirse una administración tributaria catalana. Así, habrá tres niveles de recaudación: la catalana, para los impuestos catalanes; la consorciada, para los compartidos; y la estatal, para los impuestos estatales, principalmente del de sociedades, del que no se transfiere nada.
La participación de Cataluña en el IRPF será del 50 por ciento, como propuso el ministro de Economía, Pedro Solbes, desde el principio, en los impuestos especiales habrá una cesión del 58 por ciento -actualmente es del 40 por ciento- mientras que el IVA pasa del 35 al 50 por ciento. Además, se reconoce un "déficit histórico" en las inversiones estatales, que se paliará en un periodo de siete años y se referenciará en la participación que tiene Cataluña en el PIB. En total, serán entre 2.600 y 3.000 millones de euros extra lo que recibirá la Comunidad en los próximos años. Por último, se acordó que la financiación se revise en un plazo de cinco años y el Ejecutivo se compromete en un artículo a compensar a Cataluña por los costes que le pueda suponer la legislación estatal.
