Trashorras conocía el radicalismo de los terroristas del 11-M a los que vendió la dinamita

Actualizado: miércoles, 12 abril 2006 1:01


MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

El auto de procesamiento del juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo contra los responsables de los atentados del 11-M en Madrid, hecho público hoy, subraya que José Emilio Suárez Trashorras conocía "el radicalismo de Jamal Ahmidan", uno de los suicidas de Leganés y al que vendió los explosivos, y "su capacidad operativa para realizar los atentados", a la vez que destaca la relación de "confianza" entre ambos, que le permitía "conocer las circunstancias previas a los atentados, por su directa intervención en ello".

Así, el juez llega a esta conclusión a partir de las declaraciones realizadas ante la Guardia Civil por el menor de edad Gabriel M.V., uno de los que transportaron los explosivos y el único condenado por estos hechos. En concreto, el magistrado presta especial atención al comentario que el minero asturiano realizó al menor, según éste, después de los atentados del 11-M, "quien le dijo textualmente: 'menuda la que armó Mowgly (Jamal Ahmidan)'".

Esta expresión, según el juez, implica un conocimiento de las circunstancias que concurrían en Jamal Ahmidan para hacerle pensar (...) que unos atentados como los del 11 de marzo, se los podía atribuir a Jamal Ahmidan inmediatamente de ejecutados". Gabriel M.V.

también relató que Trashorras le entregó los explosivos en el garaje de éste, sin tener conocimiento de lo que realmente transportaba.

TRES VIAJES CON EXPLOSIVOS

Además, el auto explica que los explosivos y los detonadores con los que se cometió la masacre fueron robados en las minas asturianas de Conchita y Collada, para después ser transportados a Madrid, por orden de Trashorras, en tres viajes por Sergio Álvarez Sánchez, Antonio Iván Reis y el menor Gabriel M.V., quienes pensaban que las tres mochilas que entregaron a Jamal Ahmidan contenían hachís.

El magistrado concluye que, en enero y febrero de 2004, Sergio Álvarez Sánchez y Antonio Iván Reis realizaron juntos dos viajes en autobús, y que por otro lado, Gabriel M.V. se trasladó el 6 de febrero de ese mismo año con una tercera mochila. De acuerdo con las capacidades de transporte de las tres mochilas, el juez considera que el máximo de Goma 2 que pudieron entregar a los islamistas fue de unos 312,5 kilos.

También Sergio Álvarez Sánchez explicó a la Guardia Civil que Suárez Trashorras entró en contacto con "los moros" a través de su cuñado Antonio Toro Castro, quien les había conocido en la prisión asturiana de Villabona. Asimismo, Del Olmo explica en su auto que Toro mantuvo diversas conversaciones telefónicas con los terroristas, entre ellas, dos con Rafa Zouhier durante los días 12 y 13 de marzo, inmediatamente después de la masacre.

TRASHORRAS Y LOS ISLAMISTAS

Asimismo, Del Olmo también destaca otras pruebas que vinculan al minero asturiano con los islamistas, tales como viajes que realizó a Madrid en febrero de 2004 (acreditado por el pago en un peaje de la autopista Asturias-Madrid), y varias conversaciones telefónicas con los islamistas, entre ellas varias con Jamal Ahmidan desde su teléfono móvil durante los días en los que trasladaron los explosivos.

Según varios testimonios recogidos en la resolución judicial, los tres jóvenes aceptaron el encargo de Trashorras a cambio de droga, fundamentalmente hachís, o de perdonarles deudas contraídas con él por la compra de estas sustancias con anterioridad.

Por otra parte, el juez se basa en el rastro dejado por sus teléfonos móviles para acreditar que tanto Jamal Ahmidan como Mohamed Aulad Akcha se trasladaron a Asturias entre los días 28 y 29 de febrero, y concretamente estuvieron en la casa de Trashorras y de su mujer en Avilés. Respecto a otro de los islamistas que podría haberles acompañado a Asturias, Abdennabi Kounjaa, el juez destaca que no hay rastros de su teléfono móvil que lo acrediten.

Sin embargo, el auto también recoge el testimonio del cajero de un supermercado de la carretera de Avilés, quien explicó que tres hombres, "todos ellos de apariencia marroquí o árabe", compraron en su turno tres mochilas, que fueron las que posteriormente se utilizaron para transportar los explosivos. En un reconocimiento fotográfico posterior, el cajero identificó a Jamal Ahmidan y a Abdennabi Kounjaa como dos de los compradores de las bolsas.

IDENTIFICADOS POR VARIOS TESTIGOS

Por otra parte, según el auto, diversos testigos identificaron en reconocimientos fotográficos y judiciales a uno de los suicidas en Leganés, Allekema Lamari, y a los también procesados hoy Jamal Zougam y Basel Ghalyoun como los terroristas que colocaron las mochilas bombas que estallaron en los trenes de la línea férrea que une Alcalá de Henares y Atocha, en Madrid.

Según el auto, un testigo reconoce "sin ningún género de duda" a Allekema Lamari, junto con otro varón de menor estatura no identificado, como una de las tres personas que vio en la estación madrileña de Alcalá de Henares, en el tren que estalló más tarde en la estación de Santa Eugenia.

Respecto a Zougam, otro testigo que tomó ese día el tren en la estación de Alcalá de Henares le identificó fotográficamente y en un reconocimiento judicial --en dos ocasiones-- como la persona que introdujo debajo del asiento una bolsa de deportes de color azul oscuro.

El acusado Basel Ghalyoun también fue identificado como uno de los terroristas que el 11 de marzo de 2004 colocó una de las mochilas bombas que estallaron en los trenes. Un testigo le reconoció en varias fotografías y en un vídeo que se le mostró estando hospitalizado. No obstante, posteriormente no reconoció a Ghalyoun en una rueda de reconocimiento judicial.

UN SKODA FABIA BAJO CONTROL POLICIAL

Del Olmo subraya en el auto de procesamiento que el vehículo Skoda Fabia, propiedad de Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, "El Tunecino" (uno de los suicidas de Leganés), estuvo bajo control policial en todo momento desde el día 15 de junio de 2004, fecha en que una empresa de alquiler de coches vio que en su interior había algunas cintas en árabe y alertó a los agentes, que lo llevaron a la Policía Científica en la comisaría de Canillas (Madrid).

En este sentido, el juez Del Olmo hace en su resolución una mención específica al interrogatorio realizado a trece personas (empleados de la empresa de alquiler y policías), para determinar las actuaciones que se realizaron sobre el vehículo desde que la empresa de alquiler alertó a la Policía, hasta que fue puesto a disposición de la Policía científica.

En concreto cita las declaraciones de uno de los agentes encargado de entregar el vehículo a la Policía Científica, quien aseguró que "preservaron que nadie accediera al vehículo, ni a su interior ni la carrocería del mismo". Posteriormente, los agentes escoltaron el vehículo hasta la comisaría de Canillas, donde la Policía Científica se hizo cargo de él, donde quedó aparcado.

Aunque este agente no recordaba exactamente si era al subinspector de la Policía Científica a quien se lo habían entregado, el juez se remite en su auto a un informe elaborado por la citada Policía Científica, que asegura que dos inspectores se hicieron cargo de la vigilancia del vehículo cuando llegó a la comisaría.

El coche Skoda Fabia fue localizado el 13 de junio de 2004 en la calle Infantado de Alcalá de Henares (Madrid), a escasos metros del lugar donde fue hallada el mismo 11 de marzo la furgoneta Renault Kangoo, y en él se encontraron restos genéticos de Allekema Lamari y Mohamed Afalah.

En la maleta que había en el coche se encontraron, entre otras cosas, una funda de pistola y varias cintas de cassette llamando a la 'yihad': "Los ocupantes han matado a nuestras familias, a nuestras mujeres e hijas, han destruido nuestro país, y por eso debemos defender nuestra tierra a través de la Yihad (...). Sólo con los disparos se marchará el traicionero".