'Tristán e Isolda' se vuelve mediterránea en el Teatro Real de la mano de Lluís Pasqual

EP
Actualizado: jueves, 10 enero 2008 19:13


MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Teatro Real estrenará el próximo 15 de enero uno de sus grandes títulos para esta temporada: 'Tristán e Isolda', de Richard Wagner, una producción del Teatro San Carlo de Nápoles que dirige escénicamente Lluís Pasqual (en su regreso al coliseo madrileño por segunda vez) quien ha conferido a su trabajo en este proyecto un aire absolutamente mediterráneo.

Este es uno de los aspectos más llamativos de esta función, en cartel hasta el 4 de febrero, que cuenta con un brillante reparto encabezado por la mezzosoprano alemana Waltraud Meier (Isolda) y por los tenores norteamericanos Robert Dean Smith y Jon Fredric West (Tristán), todos ellos artistas muy experimentados en sus respectivos papeles. Al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid estará el Jesús López Cobos, que abordará así su segundo título wagneriano en el Teatro Real después de 'Lohengreen'.

El maestro zamorano confesó su "amor" por el repertorio alemán al que une una "admiración suplementaria" por Wagner. "Lo grande en él no sólo es la música sino el texto", dijo. López Cobos recordó que esta ópera supone un "reto" para la Orquesta, "muy rejuvenecida" en los últimos años, lo que hace que una mayoría de sus integrantes la interprete por primera vez.

Asimismo, el director musical elogió la puesta en escena de esta obra ideada por Lluís Pasqual. "Me inspira mucho la vista del mar porque representa las características de la música de Wagner, sobre todo ese movimiento continuo que está presente en la partitura", explicó.

EL GEN DE LA TRISTEZA

Por su parte, Lluís Pasqual puso de manifiesto su entrega a este proyecto operístico que aceptó porque, según explicó, esta obra "habla de un tema apasionante que los científicos y filósofos llaman el gen de la tristeza, es decir, el ser humano no puede compartir el dolor de alguien excepto cuando se trata del amor, tanto físico como espiritual", aclaró.

El director de escena calificó de "milagro" la partitura de Wagner ("una gran ópera romántica y, sobre todo, psicológica", dijo) en la que el compositor ha sabido expresar magistralmente a través de las notas "esa imposibilidad de fundirse". En su opinión, el músico alemán hizo una "inmensa ópera de cámara, un cuarteto de cuerda cósmico que tiene una parte épica y a la vez la calidez del gesto más pequeño y humano".

Pasqual dijo también que cuando le propusieron el proyecto pensó inmediatamente en el mar, "que no sólo es el del Norte sino también ese otro mar que veía Wagner en Venecia mientras escribía el tercer acto". "Todo tiene como un brillo de sal", agregó. Y recordó que en una carta a un amigo el compositor le decía que por las mañanas escribía 'Tristán e Isolda' y por las tardes leía 'El Quijote'. Todo esto, junto al hecho de que Wagner fuese gran admirador de Calderón, y que se menciona más de 200 veces la palabra 'luz', le ha servido a Pasqual para acercar la obra al ámbito mediterráneo.

Finalmente, el director de escena afirmó que cada uno de los tres actos de esta ópera (que desarrolla en tres épocas distintas) "tiene entidad por sí mismo" y elogió la tarea de Ezio Frigerio y Franca Squarciapino al frente de la escenografía y los figurines, respectivamente, que han imprimido a su trabajo un aire de "liviandad" que permite "que la música pueda circular".

ÓPERA MODERNA

La mezzosoprano Waltraud Meier recordó que el papel de Isolda lo lleva en su corazón desde el año 1993 y señaló que le interesa mucho aproximarse a nuevas versiones y visiones de esta ópera.

Por su parte, Robert Dean Smith la calificó de "emocionante". El tenor dramático no dudó en afirmar que esta obra abrió la ópera a la modernidad y recordó que el papel de Tristán es uno de los más exigentes del repertorio operístico.

Su colega Jon Fredric West, que lleva 14 años cantando interpretando a Tristán, coincidió con él al señalar que el cantante que se atreva con este papel debe saber mantener "altísimos niveles de emoción con otros de depresión, enfado o tristeza a la vez que tiene que cantar y sentir". "Intentamos mostrar del mejor modo posible todos estos sentimientos al público, pero a veces gana Wagner", manifestó.