TS rebaja la sanción a un guardia civil que debía miles de euros a empresarios y bebía en horas de patrulla

Actualizado: jueves, 23 octubre 2008 20:35

Reduce de un año a tres meses la suspensión de empleo y sueldo en aplicación de la nueva Ley disciplinaria del Instituto Armado

MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Supremo ha rebajado de un año a tres meses la sanción de suspensión de empleo y sueldo impuesta a un sargento primero de la Guardia Civil como autor de una falta disciplinaria muy grave por adeudar varios miles de euros a empresarios hosteleros del municipio de Ortigueira (La Coruña), no abonar sus consumiciones en bares de la zona, trabajar en estado de embriaguez y no responder a peticiones de apoyo de compañeros de otro puesto de la Benemérita.

En su sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, el Alto Tribunal considera probados los hechos por los que el suboficial fue sancionado por la Dirección General de la Guardia Civil en junio de 2006 como autor de una falta muy grave, consistente en "observar conductas gravemente contrarias al servicio o la dignidad de la institución", pero acepta su petición de que de que el correctivo sea revisado de acuerdo con la nueva Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, aprobada en octubre de 2008.

La nueva norma reduce el nivel de la sanción que se impone por una conducta "gravemente contraria a la dignidad" de la Guardia Civil al calificarla únicamente como grave, frente a la definición de muy grave de la ley precedente, con lo que el sargento sólo podía ser condenado a una suspensión de tres meses de empleo y sueldo como máximo, como finalmente ha ocurrido.

La decisión del Supremo corrige la confirmación de la sanción firmada en 2006 por el entonces ministro de Defensa, José Bono, y reiterada por el Tribunal Militar Central en diciembre de 2007, cuando la nueva ley disciplinaria ya había sido aprobada por el Parlamento.

El Alto Tribunal mantiene como hechos probados que el sargento primero sancionado, jefe del Puesto de Ortigueira, estuvo entre 2002 y 2004 asumiendo de modo continuado "deudas de diverso importe" con vecinos, empresarios hosteleros y responsables de locales de alterne --las contraídas con estos últimos eran de mayor cuantía--.

Entre las cantidades adeudadas por el suboficial figuran 3.020 euros que pidió y no devolvió a un contratista que hizo una obra en su cuartel, 600 euros que le prestó un responsable de una empresa suministradora de buques, otros 2.000 euros que le reclamó a otro industrial con la excusa de que necesitaba efectivo para resolver su divorcio.

El sargento primero acudía a los locales de alterne sin pagar las consumiciones ni permitir que sus compañeros guardias civiles lo hicieran y tampoco abonaba los servicios, invitaba al personal del establecimiento sin abonar ni un euro y contrajo varias deudas de importes.

PATRULLA CON CERVEZAS Y PELEA CON VECINO

Además de otras deudas económicas con diferentes empresarios hosteleros de Ortigueira, la sentencia relata una jornada de trabajo en la que el sargento primero se incorporó tarde a su patrulla con síntomas de embriaguez, comenzó a consumir alcohol diez minutos después de entrar en servicio (dos cervezas), acudió a otro establecimiento para tomarse "unas cuatro o cinco cervezas" y, tras un "incidente" con un vecino, cuando otra patrulla del Instituto Armado solicitó el apoyo de su unidad para interceptar a un vehículo que circulaba realizando maniobras arriesgadas, dio orden a su subordinado de desatender la solicitud y continuar en el bar.

El Supremo también estima probado que el guardia civil "en ocasiones" obtenía en determinados establecimientos sin pagar cantidad alguna productos de alimentación "para su beneficio personal", incluidos rodaballos, percebes y un jamón serrano, que intentó devolver cuando ya había consumido la mitad.

A modo de resumen, la sentencia señala que el sargento primero se presentó "en alguna ocasión" sin estar "en condiciones adecuadas" en su unidad, consumió alcohol en horas de servicio, alteró el orden público con "discusiones injustificadas" con vecinos de Ortigueira y llegó a desatender una petición de auxilio de una patrullar de la Guardia Civil del mismo municipio.