El TS rechaza el recurso del padre condenado a 33 años de cárcel al violar a su hija durante ocho años

Actualizado: sábado, 8 diciembre 2007 18:44


JAÉN, 8 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Supremo (TS) ha rechazado el recurso del vecino de Torredonjimeno (Jaén) condenado a 33 años de prisión por maltratar y agredir sexualmente a su hija durante un periodo de ocho años, según confirmó a Europa Press el abogado de la acusación particular.

Este hombre, identificado como José Luis O.C., fue condenado por un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar a la pena de tres años de prisión; por dos delitos continuados de agresión sexual en la modalidad de violación a la pena de 14 años por cada uno y por otro de abusos sexuales a dos años de prisión. Además, en concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar a las hijas en la cantidad total de 140.000 euros.

La sentencia de la Audiencia, a la que tuvo acceso Europa Press, consideró probado que José Luis O.C. sometió a sus dos hijas mayores así como a su mujer a reiterados y continuos episodios de violencia física al tiempo que ejercía un "rígido y constante" control sobre sus acciones y relaciones. Además, imponía su voluntad ante todos los miembros de su familia, a los que tenía "atemorizados" por sus reacciones de violencia y agresividad "desmedida e injustificada".

Igualmente recoge que, cuando la hija mayor tenía 14 años edad, entró en la habitación de la niña y le quitó la ropa. En consecuencia, ella empezó a gritar, ante lo que él le dio un bofetón y se echó encima de ella. Acto seguido, la penetró vaginalmente, completando el acto sexual en contra de su voluntad, tras lo que abandonó el cuarto. La mañana siguiente la amenazó con que si lo contaba sufriría las consecuencias su madre.

Este hecho se repitió con una frecuencia mensual, realizando el condenado penetraciones vaginales, felaciones, masturbaciones, tocamientos y penetraciones anales hasta que a principios de diciembre de 1996 la niña contó a su madre lo que estaba pasando. El condenado entonces "reconoció los hechos" y pidió perdón ambas al tiempo que dijo que no iba a volver a suceder.

No obstante, un día del verano de 1999, cuando la hija mayor ya tenía 19 años e iniciaba sus estudios universitarios, el padre echó a todos los hijos de la casa salvo a ella. Así, la sentó en sus piernas y empezó a besarla, por lo que ella le pidió que parara, si bien reaccionó arrojándola contra el sofá y penetrándola. Desde entonces, volvió a violarla varias veces por semana y con mayor frecuencia que la vez anterior.

La situación prosiguió hasta mediados del mes de febrero de 2002, cuando se registró la última "relación sexual impuesta" ya que el día 22 de ese mes, ella y su hermana menor se escaparon del domicilio familiar y huyeron a Francia, país en el que no interpusieron una denuncia contra su padre hasta que se quedaron sin recursos económicos.

En el citado clima de violencia familiar, a mediados del mes de enero de 2001, la hija mayor se negó a mantener relaciones sexuales con su padre, rechazo ante el que el condenado reaccionó cogiendo a la otra hija y le tocó el pecho al tiempo que le daba besos. Esa misma noche, la niña se lo contó a su hermana mayor, motivo por el que ambas comenzaron a preparar su huida como "única solución posible" para poner fin a su situación.