Uriarte cree que se pueden proponer criterios éticos para un "voto responsable", como el diálogo para la paz

Actualizado: sábado, 23 febrero 2008 19:05

El obispo de San Sebastián pide a los responsables eclesiales que eviten "con sumo cuidado cualquier signo de proclividad partidista"

SAN SEBASTIAN, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, reconoció hoy que en momentos electorales, los responsables de la Iglesia católica "pueden proponer criterios éticos que ayuden a emitir un voto ponderado y responsable". En este sentido, explicó que dicha propuesta incluye los criterios "relativos a los derechos humanos", pero también "otros" que tienen "rango de magisterio auténtico" en la diócesis donostiarra, como el que afirma que "el diálogo es una herramienta insustituible para la paz que tanto deseamos".

En la sesión ordinaria del Consejo Pastoral Diocesano celebrado hoy bajo el tema de la Pastoral Familiar, Uriarte también pidió a los responsables eclesiales que eviten "con sumo cuidado cualquier signo o apariencia de proclividad partidista, particularmente en tiempo electoral o preelectoral".

Estas afirmaciones de monseñor Uriarte se produjeron como respuesta, en el turno de ruegos y preguntas, a las cuestiones planteadas por los consejeros sobre los asuntos "que preocupan a la comunidad cristiana de Gipuzkoa, en particular las que se refieren a las próximas elecciones".

Uriarte aseguró que los responsables de la Iglesia tienen "el derecho cívico" de dirigirse públicamente a los católicos y "a todos aquellos que quieran escucharles" para exponerles el mensaje del Evangelio.

"En momentos electorales pueden proponer criterios éticos que ayuden a emitir un voto ponderado y responsable. Ninguna instancia social o política debería, en principio, considerar una injerencia este proceder eclesial", señaló.

Sobre este proceder, advirtió de que se ha de poner "sumo cuidado" para "evitar cualquier signo o apariencia de proclividad partidista, particularmente en tiempo electoral o preelectoral" porque, aseguró recordando la Encíclica 'Centesimus Annus' de Juan Pablo II, "la Iglesia respeta la legítima autonomía del orden democrático, pero no posee título alguno para expresar preferencias por una u otra solución institucional o constitucional".

Conforme a esta exigencia, añadió que los criterios éticos que se propongan, "lejos de tener la pretensión de inclinar el voto concreto de los ciudadanos incluso de los creyentes, han de orientarse a que éstos lo emitan con libertad, con realismo y en conciencia", sin "proteccionismos ni intervencionismos de ningún signo" porque "el votante tiene derecho a ser tratado como un adulto".

Uriarte también explicó que ninguno de los programas presentados puede albergar la pretensión de tener la "exclusividad" de representar el Evangelio.

"El voto en conciencia reclama una decisión responsable inspirada por una visión ética de la vida, asumida tras un análisis de los programas y reciamente orientada a la consecución de una paz realizada 'entre todos y para todos' que, junto a otros factores, conlleve una cancelación definitiva de la violencia de ETA", agregó.

El obispo aseguró que los criterios morales se refieren en primer lugar a los derechos humanos individuales y colectivos "que constituyen el nervio de una opción ética". Sin embargo, dijo que hay que "recordar en esta tierra nuestra" algunos "otros" criterios morales ya enunciados en otras ocasiones y que "tienen rango de magisterio auténtico" en la diócesis de San Sebastián.

Sobre estos "otros" criterios, afirmó que mientras los modelos políticos presentados por los partidos "respeten los derechos humanos y se implanten y mantengan dentro de cauces pacíficos y democráticos, la Iglesia no puede ni sancionarlos como exigencia ética ni excluirlos en nombre de ésta" porque ninguno de dichos modelos políticos supone en principio un "dogma que requiera un asentimiento incondicionado", tal y como se reconoció en la carta colectiva de los obispos vascos 'Preparar la paz', del año 2002.

Asimismo, recordó que "el diálogo es una herramienta insustituible para la paz que tanto deseamos y necesitamos", en consonancia con lo que afirmó "netamente" Juan Pablo II en el año 2000, sobre que "el diálogo se presenta siempre como instrumento insustituible de toda confrontación constructiva, tanto en las relaciones internas de los Estados como en las internacionales"

"--El diálogo-- ha de instaurarse, aunque no en el mismo nivel y con el mismo contenido, con todas aquellas instancias de quienes pende el futuro de la paz. Sólo aquellos grupos e instituciones políticas que representan a nuestra ciudadanía plural y excluyen la coacción o la amenaza tienen atribuciones para debatir, acordar y proponer la forma jurídico-política de las relaciones entre la Comunidad Autónoma y el Estado español", concluyó.