El Gobierno de Navarra registra diez aprovechamientos en vivo de estas aves en lo que va de año
PAMPLONA, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
La población de buitre leonado en Navarra se ha estabilizado, con un total de 2.783 parejas censadas en 2009, y los aprovechamientos en vivo del ganado o ataques se han reducido hasta niveles de 2006. Estas cifras son resultado de las medidas puestas en marcha por el Gobierno de Navarra para preservar la especie y reducir la incidencia de esta ave en la cabaña ganadera.
La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Ejecutivo foral, Begoña Sanzberro, ha presentado en rueda de prensa el balance de las acciones llevadas a cabo en este ámbito y ha destacado que la instalación de los Puntos de Alimentación Suplementaria de Aves Necrófagas (PASAN) ha conseguido "fidelizar a la población de buitres a estos lugares", con lo que "este año se llegará a garantizar el 70 por ciento de sus necesidades alimenticias".
Según los cálculos del departamento, la población de esta especie existente en Navarra necesita unos 2.700 kilos de comida diarios. En 2008, en los muladares se les proporcionó el 15 por ciento de esa cantidad. En 2009, el 40 por ciento. Este año 2010 se alcanzará el 70 por ciento de sus necesidades alimenticias, alcanzando así el objetivo marcado por el Gobierno, ya que no pretende superar este porcentaje. El 30 por ciento restante lo obtendrán de los animales salvajes que mueren en el monte.
Gracias a estos puntos de alimentación, el número de aprovechamientos en vivo de ganado "se ha reducido a un nivel de 2006". Según la consejera, en lo que va de año su departamento ha registrado diez casos, cuando en 2008 se alcanzaron 40.
La principal actuación desarrollada por el Gobierno foral es la creación de la red de PASAN, que comenzó en 2008 con seis comederos. Actualmente, existen 13 distribuidos en Napal (Romanzado), Lumbier, Carcastillo, Zudaire (Améscoa Baja), Sangüesa, Garralda, Gorramendi (Baztan), Zandueta (Arce), Roncal, Ochagavía, Navascués, Indurain (Izagaondoa), y Zurucuáin (Valle de Yerri). Al finalizar el año, se pondrá en funcionamiento uno más, en Bardenas.
Tras dar a conocer estos datos, Sanzberro ha valorado que "estas medidas han resultado un éxito" porque el número de parejas es "suficientemente alto para mantener la viabilidad de la especie y a la vez es adecuado para el territorio de la Comunidad foral y para la disponibilidad de comida existente".
La población del buitre leonado se estudia desde hace unos 30 años en Navarra. En 1979 la población nidificante era de 312 parejas; en 1984, de 517 parejas; 948 parejas, en 1989; 1.457 parejas, en 1994; 2.004 parejas, en 1999; 2.751 parejas, en el 2004, y 2.783, en el 2009.
PROYECTO DE MARCAJE Y RADIOSEGUIMIENTO
Por otro lado, la consejera ha informado de que a partir de ahora las medidas del departamento dirigidas a la población de buitre leonado se centran en el conocimiento de la especie, para lo que en 2009 se puso en marcha un proyecto de marcaje de las aves (Gyps fulvus).
En el desarrollo de este marcaje, por un lado se radio-equipan con emisor satélite a un total de 6 buitres en el período 2009-2012, y por otro lado, se marcan entre el 2010 y el 2011 unos 200 ejemplares con marcas alares de lectura dorso ventral provistos de microchips.
Los primeros buitres marcados por satélite fueron una hembra (Andrómeda) y un macho (Baco), capturados en Lumbier en noviembre del año pasado. La semana pasada se sumaron al estudio tres nuevos ejemplares: Dafne, Casandra y Electra.
En el caso de los primeros ya se han obtenido los primeros resultados. En los primeros 5 meses de radioseguimiento se recibieron un total de 509 localizaciones de estos buitres, 306, de Andrómeda y 203, de Baco. Andrómeda crió en la buitrera de La Piedra, en Lumbier, y Baco frecuenta esta buitrera, aunque no ha llegado a criar.
Además, se está obteniendo información sobre diversos aspectos biológicos de la especie. Por ejemplo, el área de campeo que ha utilizado cada buitre hasta ahora es de unos 8.000 kilómetros cuadrados.
Por otra parte, se ha podido saber que la velocidad media de vuelo es de entre 20 y 40 kilómetros por hora, aunque excepcionalmente alcanzan velocidades de hasta 90 kilómetros por hora. La altitud máxima alcanzada hasta la fecha es de 1.600 metros sobre el nivel del mar.
La otra fase del proyecto es el marcaje alar, que consiste en colocar distintas marcas de plástico a las aves, que permite su identificación y seguimiento. Por el momento, se han marcado 232 ejemplares, que están ya dando una gran cantidad de información sobre áreas de campeo, o distancias recorridas para la alimentación.
