Publicado 23/01/2018 08:00

Cayetano González.- Puigdemont hasta en la sopa

MADRID, 23 Ene. (OTR/PRESS) -

Desde hace ya varios meses, no hay día que por un motivo u otro, los medios de comunicación hablen del ex-presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, huido en Bélgica -en las últimas horas en Dinamarca- desde que el Parlamento de Cataluña aprobó la declaración por la que se constituía en República Independiente y el Gobierno de la Nación no tuvo otro remedio que aplicar el famoso artículo 155 de la Constitución.

Esta presencia continua de Puigdemont en la opinión pública a través de los medios de comunicación no deja de ser una habilidad que habrá que reconocer al ex-presidente huido de la justicia, lo que no significa que sea algo bueno, ni para él, ni mucho menos para el pueblo al que dice representar, es decir, para Cataluña.

Que el debate político en Cataluña sea en estos momentos si Puigdemont podrá ser elegido Presidente de la Generalitat sin estar físicamente presente en la Cámara Autonómica el día del Pleno de Investidura previsto para finales de este mes, da idea de hasta qué niveles de surrealismo ha llegado la política catalana por mor de las ensoñaciones de los independentistas. En manos de Esquerra Republicana estaría el poner fin a esta farsa y decirle a Puigdemont y a los de Juntos per Cataluña que ya está bien de jugar con las Instituciones y con el pueblo de Cataluña, pero el partido de Oriol Junqueras está más bien por la táctica de dejar que el ex-presidente huido se vaya cociendo lentamente en su propia salsa. Una táctica que de momento no les ha dado resultado a los de ERC, hasta el punto que Puigdemont tuvo más votos y escaños que ellos en las elecciones del pasado 21-D. Hace unos años hubiese sido impensable predecir que toda una clase política de la que se hacían grandes elogios por su "seny" pudiera llegar tan lejos en su estulticia. El proceso independentista ha sido en sí una carrera hacia el abismo cuyos únicos frutos palpables han sido la marcha de Cataluña de más de 3.000 empresas, el encarcelamiento de varios de los responsables políticos de la Generalitat y la huida a Bélgica de otros tantos. Y todo esto, con un proceso judicial aún pendiente del que podrán derivarse elevadas penas de cárcel para gran parte de los imputados.

En este sentido, las elecciones autonómicas celebradas el pasado 21-D, convocadas de forma precipitada por Rajoy, no han servido para reorientar el desnortado rumbo de la política catalana. Y como ésta, por culpa de los independentistas, no tiene pinta de querer encauzarse por la vía de la legalidad, habrá que apelar a que cumplir y hacer cumplir la ley deberá seguir siendo la máxima que guíe todos los pasos que tengan que dar las diferentes Instituciones del Estado, empezando por impedir que un señor huido de la Justicia pueda ser investido Presidente de la Generalitat vía telemática.