Publicado 11/05/2018 08:00

El Abanico.- Aumenta el número de dependientes en España.

MADRID, 11 May. (OTR/PRESS) -

Vivo en la zona Norte de Madrid, un barrio-barrio, clase media, donde todos nos conocemos, nos saludamos cuando nos vemos en el supermercado, en la farmacia o en cualquiera de las muchas cafeterías que hay por los alrededores. Quizá por ese trato diario es por lo que he advertido cómo de dos o tres años a esta parte el número de dependientes ha aumentado considerablemente. Personas de 75-80 años que hasta hace poco se movían con soltura, hoy van en silla de ruedas, empujadas por empleadas o empleados de hogar.

A la mayoría de ellas se les ve contentas, adaptadas a la nueva situación, aunque cuando ahondas te cuentan que no se explican cómo en tan poco tiempo su vida ha podido dar este cambio tan brutal que les impide tener la independencia imprescindible para poder bañarse, comer, vestirse o salir a charlar con las amigas, sin necesidad de llevar a una persona a su lado.

Curiosamente hay más mujeres que hombres, pero también los hay; les diferencia que mientras ellas se aferran a la vida con fuerza, ellos han tirado la toalla, no todos, pero sí una mayoría.

Que el número de personas dependientes haya aumentado un 22% por ciento el pasado año, llegando a alcanzar la escandalosa cifra de 1.217.355, demuestra que cuando los pensionistas se echan a la calle, reclamando el aumento de sus pensiones, no lo hacen por gusto, lo hacen porque nadie como ellos saben lo que se les viene encima.

No solo porque con motivo de la crisis han tenido que acoger en sus casas a hijos, nueras, yernos y nietos, también porque al aumentar la edad crecen los gastos, al contrario de lo que dice Montoro o el Gobernador del Banco de España, para quienes tener una vivienda es un lujo, un capital del que pueden deshacerse en cualquier momento. ¿Para irse dónde, les preguntaría yo? Cómo se ve que viven en una burbuja, cerrada a cal y canto a las necesidades de la gente, de lo contrario, no se atreverían a decir tantas sandeces.

Que nunca le gustó al gobierno del PP la Ley de Dependencia aprobada por Rodríguez Zapatero, no es ningún secreto, prueba de ello son los impedimentos que llevan poniendo a los dependientes en aquellas comunidades en las que gobiernan, a gente que la necesita con urgencia.

Una Ley que pretendía favorecer a los más desfavorecidos, a aquellas personas dependientes que no pueden trabajar y que tampoco pueden permitirse tener una empleada de hogar. Trabajo y atención que recae en las propias familias, la mayoría de las veces en sus hijas, hermanas o nietas, que se ven obligadas a dejar sus trabajos para atender a sus familiares sin recibir nada a cambio.

Son muchos los economistas que han realizado estudios sobre los beneficios económicos que conlleva la Ley de Dependencia, los miles de empleos que generaría si se aplicase, la de somníferos que se ahorraría la Seguridad Social, ¿o alguien piensa que cuidar de una persona mayor, dependiente, no genera stress, e incluso enfermedades añadidas puesto que el horario es 24 sobre 24 horas diarias?

En España se da la paradoja de que mientras aumenta el número de personas mayores, dependientes, con graves enfermedades, el gobierno, en vez de buscar soluciones, en lo único que piensa es en explicar lo mucho que van a bajar las pensiones en los próximos años, en vez de buscar soluciones para que los que vienen detrás puedan cobrarlas, porque las pensiones no son un regalo de éste o cualquier otro gobierno, las pensiones son la recompensa a muchos años de trabajos, algunos muy ingratos, y de devolver lo que pagaron.