Así se prepara la 'vuelta al cole' uno de los colegios públicos más grandes de España, con 1.354 alumnos este curso

María Isabel Jiménez, directora del Colegio de Educación Infantil y Primaria 'Joaquín Costa' de Madrid, en uno de los pasillos del centro.
María Isabel Jiménez, directora del Colegio de Educación Infantil y Primaria 'Joaquín Costa' de Madrid, en uno de los pasillos del centro. - Oscar Cañas - Europa Press

Actualizado: domingo, 8 septiembre 2019 12:58

"Somos como cualquier otro centro educativo", asegura María Isabel Jiménez, directora del colegio Joaquín Costa de Madrid

MADRID, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

Resulta paradójico, pero en el colegio público más grande de Madrid nunca ha sonado el timbre para entrar a clase. "Hay muchos vecinos que trabajan por la noche y les molesta cuando pueden descansar", explica María Isabel Jiménez, directora del colegio Joaquín Costa, donde prefieren poner música por megafonía cuando acaban los recreos. No es la única peculiaridad del colegio: con 1.347 escolares es probablemente el centro público de Infantil y Primaria con más alumnado de todo el país, según los datos recabados por Europa Press.

Sin señal acústica que anuncie el final de las vacaciones, los cientos de niños y niñas de entre 3 y 12 años del Joaquín Costa volverán este lunes a la 54 clases en las quedarán repartidos durante el curso 2019-2020, que arranca este 9 de septiembre tanto en la Comunidad de Madrid como en otras seis comunidades autónomas.

Como en muchos otros colegios madrileños, las clases en el Joaquín Costa comienzan con obras por terminar, aunque su directora y las casi 200 personas que trabajan en el centro llevan días ultimando detalles para que todo este listo este lunes. "Ayer terminé a las dos de la madrugada de hacer los horarios", desvela agobiado Rosano, el jefe de estudios.

Una de las aulas del Joaquín Costa, donde este curso estudiarán 1.347 alumnos. Foto Óscar Cañas

"Tenemos mucho lío", admite María Isabel, desde 2008 al frente de un colegio que por tamaño "es como dirigir una empresa". "Aquí todo es grande", subraya mientras pasea por unas instalaciones que por sus dimensiones recuerdan a un 'high school' estadounidense, con su vitrina repleta de trofeos brillando en el pasillo y carteles en inglés que delatan el proyecto bilingüe implantado en los últimos años.

FUNDADO HACE UN SIGLO EN UN ARRABAL

El Joaquín Costa, bautizado con el nombre del regeneracionista aragonés vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, es un colegio casi centenario. Ubicado en el Paseo de los Pontones del distrito madrileño de Arganzuela, fue fundado en 1924 en uno de los arrabales de Madrid para escolarizar a los 'golfos' de la zona, como se denominaba en la época a niños y jóvenes que vivían en suburbios como el que se extendía a la orilla del río Manzanares.

El colegio se levantó en el solar de un antiguo mercado de ganados y durante la Guerra Civil sirvió de cuartel de las milicias que defendían Madrid del asedio franquista. Tras la contienda, el edificio diseñado por el arquitecto Antonio Flórez, autor de la Residencia de Estudiantes, quedó dañado y en los años setenta sería sustituido por el actual colegio, sobredimensionado para hacer sitio a la generación del 'baby boom'.

Ahora, al colegio Joaquín Costa lo rodean viviendas de clase media, insertado entre muchos de los símbolos de la idiosincrasia madrileña, como la pradera de San Isidro, la iglesia de la Virgen de la Paloma, el terreno de la antigua fábrica de cerveza Mahou o el estadio Vicente Calderón, hogar del Atlético de Madrid hasta hace dos temporadas y en fase de demolición. Algo que tiene influjo en el cole, como admite su directora, que se confiesa colchonera.

"Nuestro alumnado es en general de familias de la zona y no tenemos problemas tan graves como pueden tener en otros lugares más desfavorecidos", expone María Isabel. El centro es codiciado por padres y madres al tener los patios más grandes del centro de Madrid, un "AMPA comprometida" y por la "calidad de su profesorado", destaca su directora, señalando que todos los cursos se quedan familias en lista de espera.

Uno de los interminables percheros del colegio. Foto Óscar Cañas

En el año 2012, tras el decreto del gobierno de Mariano Rajoy que obligaba a aumentar el número de alumnos por aula, muchos de los niños y niñas que aguardaban su plaza entraron de golpe, elevando el censo del colegio por encima de los 1.500 escolares. "Cuando los niños empiezan aquí, a muchos padres les da un poco de miedo, creen que sus hijos se van a perder", asegura la directora.

El centro tiene métodos para evitarlo. En el comedor, por ejemplo, donde los peques comen en varios turnos por logística y limitación de espacio, los asientos son fijos, llevan el nombre del estudiante y están señaladas sus alergias para facilitar el trabajo a las monitoras, mientras en la cocina catorce personas preparan cada día más de un millar de menús en pucheros gigantescos.

Despensa de la cocina del colegio Joaquín Costa. Foto Óscar Cañas

En la despensa del colegio todo es enorme y abundante, desde las latas del tamaño de un tambor a los sacos que empaquetan la pasta. "Aquí el día que se hacen macarrones, se gastan 80 kilos en una jornada", hace saber Antonio, el jefe de cocina, ante una pila de cajas de manzanas y comida para alimentar a un regimiento. "Pues todo lo que ves, se gastará el lunes", asegura.

El lunes también será el primer día para los 15 docentes que se incorporan este curso al Joaquín Costa, a los que la dirección del centro prepara una acogida especial antes de estrenarse en el aula. "Porque si no, estás perdido", bromea la directora, que coordina una plantilla de 80 profesores y profesoras.

UN COLEGIO CON BOSQUE

El colegio dispone de un aula de Trastorno del Espectro Autista. También un laboratorio de ciencias, dos aulas de música, una de audiovisuales, otra de teatro, dos de informática, una biblioteca y tres de inglés. En el Joaquín Costa se cuentan tres gimnasios, uno con rocódromo, y es tan grande que incluso tiene un bosque: hace unos años, un profesor decidió plantar árboles en una escombrera, y ahora sirve de espacio para dar clases de naturaleza.

A pesar de la inmensidad de metros cuadrados, a veces falta espacio. Este curso, la Comunidad de Madrid ha implantado un sistema de préstamo para que los libros de texto sean gratuito. Cada centro ha tenido que gestionar la compra de los manuales de su alumnado, y en el Joaquín Costa no cabían. Su directora resopla: "Los hemos encargado a una librería del barrio porque ellos tenían espacio para almacenarlos".

La directora del centro, en uno de los patios del colegio. Foto Óscar Cañas

En el Joaquín Costa todo se hace a lo grande. También los viajes de fin de curso. María Isabel regala una última anécdota, mientras muestra la orla de la última promoción de sexto de Primaria, una aglomeración de rostros diminutos. "Nos fuimos de viaje con 168 chicos. Éramos tantos que hubo alquilar un hotel entero en Gandía", cuenta la directora con total naturalidad.

OTROS COLEGIOS PÚBLICOS ENORMES

El colegio Joaquín Costa de Madrid tiene en el Amara Berri de San Sebastián, en País Vasco, a su principal competidor en volumen de alumnado. El centro donostiarra también se sitúa en lo alto de lista confeccionada por Europa Press con datos facilitados por las comunidades autónomas, aunque el Gobierno vasco no ha precisado su número exacto de estudiantes este curso, que sitúa "cerca de 1.400".

Superando el millar, también se encuentra el mayor colegio público de Galicia, el Ponte dos Brozos de Arteixo (A Coruña), con 1.150 alumnos aproximadamente, y el Pinto Eduardo Morillas de la ciudad autónoma de Melilla, con 1.137 escolares matriculados.