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Dice que los Bienes de la Franja se devolverán tras la resolución del último recurso interpuesto por el obispo de Lérida ante el Vaticano
ZARAGOZA, 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El arzobispo de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, propuso hoy "pensar" en la posible firma de un convenio con las instituciones civiles para mejorar la financiación de la Basílica del Pilar, de la que recordó que es un "magnífico" lugar de culto y, a la vez, recibe 10 millones de turistas cada año. También analizó la posibilidad de cobrar una entrada a las personas que acudan a la Basílica para apreciar su calidad artística a pesar de que la iniciativa "no queda demasiado fina".
Con motivo del primer aniversario de su toma de posesión como nuevo titular de la Archidiócesis zaragozana, Manuel Ureña comentó que la Basílica tiene un importante número de empleados que se encargan, también, de la atención a los turistas, por ejemplo en el Museo y consideró que "a lo mejor requeriría el doble de personal", tras lo que indicó que "a veces nos pasamos de Quijotes, pero los de Aragón somos así".
Monseñor Ureña se refirió, explícitamente, a la posibilidad de cobrar una entrada a las personas que no acudan a la Basílica por motivos religiosos, sino para apreciar la calidad artística del recinto. "Te lo planteas y no sabes qué hacer", al tiempo que reconoció que "no queda demasiado fino" cobrar entrada en un lugar destinado, principalmente, al culto.
Asimismo, el arzobispo indicó que el presupuesto de la Archidiócesis para 2006 es de unos 850 millones de pesetas, con las que se pagan todos los gastos, desde el sueldo de los sacerdotes hasta otras actuaciones como la labor de Cáritas Diocesana.
Sobre la Basílica del Pilar continuó afirmando que, en la actualidad, se están acometiendo obras en una de las torres y está pendiente la reforma del tejado, la construcción de un nuevo órgano por parte de una empresa alemana y la reforma de la fachada Norte, frente al río Ebro, lo que sitúa los gastos por encima de los seis millones de euros.
Monseñor Ureña aprovechó para solicitar la remodelación del sistema de iluminación de la plaza del Pilar, ya que el sistema actual "inunda" de luz la Basílica, y propuso adoptar un sistema similar al de las Cortes de Aragón, que permite apreciar la arquitectura al detalle, comentó.
"SE DEVOLVERÁN".
"Lo que pasará después" de la resolución del último recurso interpuesto por el obispo de Lérida, monseñor Francesc Ciuraneta, ante el Vaticano para retener los 'Bienes de la Franja, es que "se devolverán", indicó Ureña, quien recordó que "el juicio de la Iglesia es que se devuelvan", tras lo que comentó que "la Santa Sede juzga las cosas muy aquilatadamente".
Monseñor Ureña remarcó que el Vaticano es "un Estado de Derecho" en el que impera la ley y "la Santa Sede ha decidido, a través de dos sentencias, que los bienes pertenecen y tienen que volver a Barbastro-Monzón". Hasta ahora, "lo que ha hecho Lérida es presentar recursos y la Santa Sede los ha ido desestimando" manteniendo la vigencia de la sentencia de la Signatura Apostólica y el decreto de aplicación de la Congregación para los Obispos. "Lo que ha hecho la Santa Sede es dirimir", insistió.
El arzobispo zaragozano recordó que "el titular de los bienes es la Iglesia" y el juicio es sobre qué Diócesis debe custodiarlos, es decir, que este es "un asunto interno de la Iglesia" en el que, de hecho, hasta ahora "se ha recurrido a los tribunales de la Iglesia".
A esto añadió que después de "años de litigio" los tribunales "han dicho que el hecho de que --los bienes-- estuvieran en Lleida tiene su explicación", ya que hasta 1995, las parroquias de las que son originarios los bienes pertenecían a la Diócesis ilerdense. "Se depositaron en Lérida porque --entonces-- estaban mejor cuidados". Ahora, la situación es distinta, prosiguió el arzobispo.
Sobre la decisión de Ciuraneta de recurrir ante la Justicia ordinaria el informe elaborado por la ex-consejera catalana de Cultura, Caterina Mieras, monseñor Manuel Ureña consideró que "creo que es sacar las cosas fuera de quicio" y afirmó que "una puerta debe girar en torno a su quicio verdadero". Manuel Ureña expresó que "las cosas se han de hacer con paz y tranquilidad" e insistió en que "la Iglesia obligará a devolverlo" todo.
"NERVIOSISMO DEL MOMENTO".
Respecto a la solicitud del presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, de anular el Concordato que regula las relaciones entre el Reino de España y el Vaticano, monseñor Ureña le restó importancia y dijo que "hay cosas que pueden deberse al nerviosismo del momento". De Iglesias dijo que "el presidente nuestro representa a una gran comunidad", Aragón, a lo que añadió que Marcelino Iglesias "es un encanto".
En otro orden de cosas, Manuel Ureña denunció la "cosificación" del bautismo "como si fuera una marca física que los dueños de las reses ponen a las reses" e indicó que "es un acto espiritual" en el que "no se viola la conciencia" del bautizado. Ureña afirmó que ni la sociedad ni el Estado tienen derecho a educar, sino que lo hacen subsidiariamente, ya que son "los que han engendrado" a los hijos los que tienen derecho a hacerlo.
El arzobispo abogó por que "el niño recién nacido tenga la bendición de Cristo" y comentó que, con el paso de los años, "el niño va integrando" estas enseñanzas y "puede ponerlo en crisis".
De este modo, Ureña rechazó la solicitud de Los Verdes para que el Gobierno central regule el derecho a la apostasía, es decir, a renunciar a la Iglesia. Ureña se preguntó "quién le impide a alguien" hacerlo y consideró que "parece que se quiera hacer litigio sobre algo a lo que se ha tenido derecho toda la vida".
El arzobispo zaragozano comentó que acudirá, el próximo 21 de junio, a Madrid para participar en la "miniasamblea" plenaria de la Conferencia Episcopal y justificó su celebración porque, en ocasiones, se dan circunstancias que impiden tratar todos los temas en un solo Plenario.
"NECESIDADES HÍDRICAS".
Asimismo, Ureña aseguró que "Aragón tiene unas necesidades hídricas que deben ser cubiertas inmediatamente", tras lo que subrayó que "yo nunca he dicho dónde estará la solución" a los conflictos por el agua, que tienen carácter "internacional". Sobre la solución a este problema, Ureña dijo que "hablas con unos y te dan unas razones, hablas con otros y te dan otras razones".
Tras aclarar que "no soy ingeniero ni político", monseñor Manuel Ureña expresó que "hay cosas que no se pueden negar porque sería ir en contra de la evidencia de los sentidos" y consideró que "si en España se planteara este tema de un modo realista, sería mejor para todos".
Ureña aprovechó para decir que durante este primer año "no he hecho grandes cosas" en la Archidiócesis, ya que ha dedicado los últimos 12 meses a conocer los pormenores de Zaragoza, entrevistarse con autoridades y, además, entre el 19 de junio y el 19 de noviembre se hizo cargo, a la vez, de la Diócesis de Cartagena, lo que "me produjo estrés".
Ureña dijo que "un valenciano puede ir fácilmente a Zaragoza, es un injerto natural" por la convivencia, durante siglos, en la Corona de Aragón, "que europeizó, trajo la cultura y supuso tantos beneficios para el Mediterráneo". Desde el principio "he estado arropado" tanto por los feligreses como por la sociedad civil.
