Alude al comunismo y al nazismo para recordar lo que sucede "cuando se ha pretendido hacer un futuro asentado en ideologías"
Recuerda su primer aniversario como cardenal, "muestra de lo inmensa que es la misericordia que Dios tiene conmigo"
TOLEDO, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
El cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, pidió hoy que las "legislaciones abortistas, en pro de la eutanasia, que llevan a manipular el embrión sean abolidas, y no tenga lugar en una sociedad y cultura de la vida".
"La Iglesia no puede callar hoy cuando a las injusticias sociales del pasado, tristemente no superadas todavía se añaden injusticias y opresiones más graves, consideradas como elemento de progreso nada menos" manifestó el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal, quien defendió que "es necesario que suene el evangelio, porque solo así habrá justicia desarrollo, libertad, verdadera paz y felicidad, progreso".
Durante la homilía que pronunció en la misa en la que presidió la investidura de 14 nuevos Caballeros del Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro de Toledo, Cañizares denuncio la existencia de "una cultura de la muerte una sociedad europea destruida en su humanidad, aunque se juzgue este juicio como catastrofista".
"El mundo actual trata de poner sordina a tan importante mensaje --alertó-- son las campañas y trompetearía de embajadores y los servidores de la cultura de la muerte y del miedo al futuro, que se ciernes amenazadora sobre pueblos y hombres".
"Aborto, eutanasia, suicidio, terrorismo, manipulación genética, nunca ni por nada, guerras injustas tan destructivas son realidad de muerte a la que nos hemos acostumbrado" algo que en su opinión "refleja los huesos secos de una humanidad que se pierde sin futuro alguno".
Según el purpurado toledano "llegará un momento, igual que ocurrió con la esclavitud en que nos avergonzaremos de esta cultura de muerte, legalmente establecida y se pedirá con gran voz que sean abolidas de las legislaciones. Necesitamos que las legislaciones abortistas, en pro de eutanasia, que llevan a manipular el embrión, no tenga lugar en una sociedad y cultura de la vida".
Así, aseguró que "no hay democracia y paz en una cultura de muerte" y que "el progreso está en la reconstrucción de una nueva sociedad, y por ello, "ofrecemos a todos, no imponemos a nadie la apuesta por la vida".
COMUNISMO Y NAZISMO.
"Es necesario darnos cuenta de lo que ha sucedido en la historia cuando se ha pretendido hacer un futuro asentado en ideologías donde la vida no cuenta. No tenemos tan lejos --recordó-- lo que fue el comunismo real de los países del Este, y de la Alemania Nazi, que capacidad tenemos de olvidar", apostilló.
"Sobre los cimientos de esta Europa que quisieron construir los grandes padres de Europa después de la II guerra mundial, después de la barbarie nacista y la gran mentira comunista" Cañizares recordando las palabras del Papa Juan Pablo II, añadió que "la inspiración cristiana puede transformar la inteligencia política, cultural y económica".
"Es una sociedad que estamos haciendo de ella tierra de escombros. Hay hambre, injusticias, violencia, terrorismo, odio y muerte", condenó el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal, quien citó como solución a esto "la palabra del señor".
Aludió también a la jornada de defensa de la vida que celebra hoy la Iglesia, "que cargada de razón y esperanza grita el evangelio, y sale en defensa del hombre amenazado de la vida despreciada, y se dirige a los hombre de buena voluntad que quiera escucharle"
CABALLEROS.
De otro lado, el purpurado toledano instó a los Caballeros del Santo Sepulcro, que hoy incrementaron sus representantes con la investidura de 14 nuevos miembros coincidiendo con el 50º Aniversario del fallecimiento de su fundador, el cardenal Segura, que "sean guardia de Jesucristo , no con ataques a nada sino sobre la base de la sentimiento de Cristo".
Tuvo palabras de recuerdo y ensalzamiento para el Obispo Auxiliar de Madrid, Eugenio Romero Pose, que falleció hoy en la capital a los 58 años de edad, destacando su labor y asegurando que "cuánto le debemos".
El purpurado toledano concluyó su homilía, que se extendió durante casi 45 minutos, recordando también su primer aniversario como cardenal, "muestra de lo inmensa que es la misericordia que Dios tiene conmigo".
