MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
Representantes de la comunidad cristiana, musulmana, judía e hinduista han pedido aprovechar la influencia que tienen las religiones en la sociedad y en general para la lucha contra el cambio climática, para la que además reclaman acciones concretas.
Así lo han puesto de manifiesto Juan Carlos Chellaram, Abdelaziz Hammaoui, Raphael Benatar y Jaime Tatay Nieto (como representantes de las comunidades hinduista, musulmana, judía y cristiana, respectivamente) en una mesa redonda celebrada en la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que arrancó el pasado 2 de diciembre en Madrid.
Así, el representante de la Federación Hindú de España, Juan Carlos Chellaram, ha señalado que "el hinduismo aboga por la preservación del planeta", por lo que han mostrado su disposición por colaborar con los políticos y ecologistas, así como con otras religiones con el objetivo de "cuidar de la madre Tierra".
Asimismo, Chellaram aboga por un "manifiesto conjunto de representantes a nivel mundial de las religiones", en el que se apoye la lucha contra el climático. "Lo ideal sería que se llegara a dar pasos concretos para la preservación del planeta, que salgan una serie de acciones", propone el representante hinduista, pues recuerda la influencia que tiene la religión en algunos de los países más contaminantes del mundo. "Es todo una cuestión de cooperación", añade.
Del mismo modo, Abdelaziz Hammaoui, de la Junta Islámica de Melilla, ha pedido que de esta Cumbre salgan "conclusiones más prácticas, urgentes, inmediatas" frente a una situación que es "cada vez más crítica". "En esa labor, las religiones tenemos algo que aportar porque los creyentes se sienten más influenciados por las enseñanzas religiosas que por otra cosa", ha apuntado.
En este sentido, Hammaoui incide en que el Corán exige amar el planeta y cuidarlo. "Desde hace 15 siglos dejó claras normas, como la prohibición de contaminar el agua, de cortar árboles sin necesidad, de matar animales por diversión, incentivar la plantación de árboles o el cuidado de los animales", ha explicado, por lo que les pide a los países musulmanes que sean "respetuosos" y "fieles a los valores islámicos". "Está bien pretender desarrollarse, crecer económicamente, pero un crecimiento separado de la ética de los principios es un retroceso", considera.
APORTACIÓN DE LA RELIGIÓN: CAPILARIDAD, MENSAJE Y BRÚJULA MORAL
Por su parte, Raphael Benatar, del Centro de estudios Judeo Cristianos, ha recordado las directrices del judaismo que pueden aplicarse al medio ambiente. "En la Génesis se le dijo a Adán: trabaja la tierra pero cuídala, sobre todo", ha descrito, insistiendo en que la tierra es una "creación divina" y, por tanto, el ser humano no puede ir contra ella.
"También recordamos nuestra máxima de 'ticum olam', que en hebreo quiere decir 'reparar el mundo', que es para lo que hemos venido, para reparar un mundo roto por la acción del hombre", ha continuado el experto, que asegura que los judíos se aplican también la importancia de "evitar que las cosas sean destruidas".
Pese a que la cuestión climática "no está en manos de las religiones", según afirma Benatar, sí considera que "las religiones tienen muchísimo que aportar en capilaridad, mensaje, en brújula moral". "Y tenemos que insistir a nuestros líderes políticos en qué es lo correcto, que para las religiones es la preservación de la creación divina como es la tierra", ha zanjado.
También Jaime Tatay Nieto, de la Universidad Pontificia de Comillas, como representante de la comunidad cristiana, suscribe esta afirmación, y destaca las acciones llevadas a cabo por los cristianos en materia climática en las últimas semanas, poniendo en valor que "multitud de católicos" participan en eventos, foros y jornadas para concienciar sobre este problema global.
Así, recalca que los católicos piden que en esta Cumbre haya responsabilidad política, disposición a cambiar el 'status quo', a actuar y transformar la realidad para que futuras generaciones y personas vulnerables no se vean impactadas, así como responsabilidad empresarial y social. "En esos tres niveles la Iglesia desea colaborar", concluye, recordando que el Papa Francisco en sus declaraciones ya reclama una actuación "lo más urgente posible".
