Estar casada y tener hijos, factor decisivo de discriminación laboral femenina

Actualizado: martes, 7 marzo 2006 23:10


MADRID, 7 Mar. (OTR/PRESS) -

Estar casada y tener, al menos, un hijo, es un factor decisivo de la desigualdad aún existente entre hombres y mujeres, en el mercado laboral español. Ésta es una de las conclusiones más llamativas del sexto Informe Randstad sobre Mujer y Trabajo, elaborado por el Instituto de Estudios Laborales (IEL) de ESADE. El informe señala que mientras el trabajo femenino siga siendo subsidiario del masculino y mientras la cultura social siga separando los roles del hombre y la mujer, la desigualdad y la discriminación de la mujer en el trabajo continuará.

La discriminación que sufre la mujer respecto al hombre en el mercado laboral tiene diferentes evidencias tanto en la desigualdad de salarios, posición profesional dentro de las compañías y dificultades en la conciliación de la vida laboral y familiar. En este último sentido, el Informe Randstad señala que el factor determinante de la discriminación laboral femenina es la maternidad.

El análisis indica que se produce una brecha en la trayectoria profesional de las mujeres cuando éstas se casan y tienen hijos, lo que provoca una ruptura que luego difícilmente se recupera cuando la mujer con hijos ya en edades escolares quiere reincorporarse al mundo laboral. Por el contrario, cuando la mujer tiene posibilidad de planificar su vida laboral, los factores de discriminación disminuyen o desaparecen.

También en el ámbito de los salarios existe una brecha entre hombres y mujeres. El 82,8 por ciento de los hombres declaran que sus parejas o no tienen ingresos o los tienen inferiores a los suyos y sólo un 6,6 por ciento de mujeres declaran que ganan más que su pareja en España. Además, tres de cada cuatro esposas españolas dependen financieramente de sus maridos porque son todavía una minoría las que permanecen en su empleo después de casarse.

Por sectores, las diferencias entre mano de obra femenina y masculina dibujan un panorama muy dispar. Los hombres presentan un equilibrio en su presencia en el sector industrial (39,2 por ciento) y de servicios (52,8 por ciento), mientras que la mujer tiene una presencia mayoritaria en el sector servicios (82,6 por ciento del total de mujeres), y dentro de estos, en el sector de servicios tradicionales (comercio, reparaciones domésticas y hostelería, entre otros).

Pero esta discriminación laboral de las mujeres, además de estar basada en cuestiones laborales como su baja tasa de ocupación o su alto número de paradas tiene origen y consecuencias de marcado contenido social. Así, por ejemplo, sólo 13 de cada cien mujeres españolas casadas colocan al trabajo en la "centralidad de su vida" frente al 44 por ciento declarado por los hombres, según se recoge en el Informe Randstad.