MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
La fiesta del Corpus Christi --Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo-- se celebra este domingo, como se hace desde el año 1990, momento en el que la Sede Apostólica accedió a cambiar la celebración religiosa del jueves al domingo con el fin de evitar la inestabilidad de la celebración en algunos calendarios autonómicos.
Esta modificación se produjo debido a que, según el artículo 36 del Estatuto de los Trabajadores, el número de días de descanso laboral entre semana no podía exceder de doce para el ámbito nacional, más dos locales, y las fiestas religiosas eran once más el jueves y viernes santo.
Además, el Gobierno decidió declarar como días de descanso tres fiestas de carácter civil --el Día del Trabajo, El Doce de Octubre y el Día de la Constitución--, por lo que la Conferencia Episcopal Española (CEE) tuvo que acordar con el Estado la supresión de dos fiestas religiosas.
Las celebraciones de la Ascensión y la de San Pedro y San Pablo quedaron suprimidas tras el acuerdo y dos más --la de San José y la de Santiago-- quedaron condicionadas a que el calendario no excediera el número de doce. Así, cada año, se celebraron o no dependiendo de si coincidía en domingo alguna de las restantes festividades.
Por ello, la CEE decidió junto a los Obispos de España trasladar al domingo la celebración del Corpus Christi y fijar en ocho las fiestas de precepto, independientemente de si caían o no en días laborables. En este marco, se aprobó un Real Decreto que estableció el actual calendario permanente que permite a las comunidades autónomas sustituir tres de las fiestas fijadas por otras propias.
"No se trata de una supresión de la fiesta ni de una reducción de su categoría litúrgica", indicó la CEE en un documento publicado en 1990. Asimismo, en la misma nota, explicaba que "una festividad religiosa que no vaya acompañada del descanso laboral es difícil de celebrar desde los valores cristianos y de mantener el cumplimiento del precepto".
