Un médico de Aranjuez lleva ocho meses en lista de espera para que valoren su discapacidad visual de un 45 por ciento

Actualizado: lunes, 14 abril 2008 20:16

Si se la hubiesen valorado ya no tendría que llevar a sus hijos a un colegio que está a un kilómetro, sino a unos 50 metros

MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

Hace ya ocho meses que Gabriel, un médico de Aranjuez, presentó una solicitud de minusvalía, y aún sigue esperando para que le valoren una discapacidad visual que estaría entre el 40 y el 45 por ciento, algo que habría sido importante para poder llevar a sus hijos a un colegio más cercano, a unos 50 metros de su casa, y no mantenerlos en un centro que está a casi un kilómetro.

En declaraciones a Europa Press, Gabriel explicó que el suyo es uno de los 14.000 expedientes que constituyen la lista de espera de nueve meses de los Centros Base de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales.

Gabriel presentó "una solicitud de minusvalía sobre todo pensando" en sus hijos, "para que pudieran ir a un colegio que está muy cerca de casa", lo que le permitiría llevarlos con menos problema, ya que tan sólo ve algo por el ojo derecho y el izquierdo lo tiene totalmente perdido.

"Lo eché pensando que sobraba el tiempo, me dijeron tres meses, se ha cerrado el plazo y no me han hecho ni siquiera la valoración oportuna", argumentó. Además, Gabriel que es médico de profesión dedicado a una labor clínica o asistencial de ancianos ingresados en una residencia, destacó que, una vez hecha la valoración, optaría a mejoras en su trabajo, ya que le cambiarían la iluminación y le permitirían trabajar sin ordenador.

"No tengo problemas no para mi trabajo clínico, sino para mi vida cotidiana porque cuando miro a una calle tengo defectos en el campo visual y problemas con el ordenador que me obligan a utilizar de continuo porque parece que son más importantes los ordenadores que las personas", sentenció.

En este sentido, especificó que pierde mucho tiempo con la localización del puntero del ratón y que, además, tendrían que cambiarle el horario de trabajo ya que, con su discapacidad visual, en la oscuridad no puede utilizar el transporte público ni manejarse apropiadamente por la calle. "Si tuviera la minusvalía lo podría obtener directamente, pero esto no va a llegar nunca por lo que estoy viendo", destacó.

El año pasado, cuando se celebró la última oposición para la Consejería de Sanidad, si hubiera tenido reconocido el grado de minusvalía, habría optado a un turno restringido que "es más fácil aunque hay que tener un buen nivel". "Compito con menos personas y era otra opción para mejorar y estar en otro sitio mejor valorado", subrayó resignado.

Así, Gabriel afirmó que en su trabajo, dependiente de Familia y Asuntos Sociales, se les trata como "nada más que una especie de hormigas obreras para que a nivel social se pueda vender". "Mi consulta da vergüenza, ningún médico de atención primaria tiene la cuadra que yo tengo", concluyó.